En un reciente encuentro, representantes de India y China han reafirmado su compromiso de «mantener la paz y la estabilidad» en su frontera, a pesar de las persistentes disputas territoriales. Este acuerdo se alinea con el pacto firmado el año anterior que regula las patrullas en el área del valle del río Galwan, buscando prevenir incidentes y enfrentamientos.
Desde el Ministerio de Exteriores de India, se ha destacado que las conversaciones en el paso de Moldo-Chushul han sido «amistosas y cordiales», aunque no se han obtenido progresos significativos en las negociaciones destinadas a resolver el conflicto sobre el control de ciertas áreas en el Himalaya occidental.
Además, se ha subrayado la intención de continuar utilizando los mecanismos existentes para «resolver cualquier problema territorial a lo largo de la frontera y mantener así la estabilidad». A pesar de estos esfuerzos, no se han visto avances con respecto a las áreas en conflicto en Ladaj, en la región montañosa del norte de Cachemira, fronteriza con China.
Las tensiones se centran en esta región montañosa y en aproximadamente 60.000 kilómetros cuadrados en el estado de Arunachal Pradesh (noreste de India), una extensión que China considera parte del Tíbet. La Línea de Control Actual (LAC), que actúa como frontera entre ambos países en esta área, atraviesa Ladaj, mientras que India reclama el territorio de Aksai Chin, bajo control de Pekín.















