Issa Tchiroma Bakary, cabecilla de la oposición en Camerún, ha instruido a su formación política, el Frente de Salvación Nacional de Camerún (FSNC), para que no participen en las inminentes elecciones regionales del 30 de noviembre, marcando otro capítulo en la crisis política desatada tras las elecciones presidenciales de octubre.
Convencido de su triunfo en dichos comicios, Bakary se ha autoproclamado «presidente electo» y ha denunciado fraude por parte del vencedor, el veterano líder Paul Biya.
Desde su oficina se ha emitido un comunicado en el que se afirma: «El pueblo camerunés eligió inequívocamente al presidente Issa Tchiroma Bakary para dirigir la nación y exige el reconocimiento del veredicto de las urnas». Bajo esta premisa, se considera que «ningún proceso electoral puede ser legítimo» a partir de ahora.
Además, Bakary ha anunciado «su intención de reformar de inmediato el código electoral y las instituciones de supervisión, como la comisión electoral (la ELECAM) y el Consejo Constitucional». Según su oficina, «Las próximas elecciones regionales carecen de trascendencia duradera. Simplemente demuestran por qué debemos defender la voluntad del pueblo soberano que votó por el presidente electo por una clara mayoría».
Por su parte, el Gobierno de Camerún ha ignorado estas declaraciones. Los resultados oficiales, que Bakary disputa, indicaron que Biya ganó las elecciones con un 53,7 por ciento de los votos, mientras que el propio Bakary obtuvo un 35,2 por ciento.











