El ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, ha comunicado que se han instalado sistemas de misiles tierra-aire en la isla de Yonaguni, ubicada al sur de Japón, como respuesta a la creciente tensión tras las declaraciones de Sanae Takaichi, la primera ministra japonesa, quien ha expresado su compromiso de defender a Taiwán frente a una hipotética agresión militar de China.
“La unidad de misiles reducirá la posibilidad de un ataque armado contra nuestro país. La afirmación de que generará más tensión en la región es infundada”, declaró Koizumi en la base militar de Yonaguni, según informó el periódico ‘Asahi Shimbun’. Estos misiles, de medio alcance similares a los SAM americanos, están diseñados para interceptar aviones y misiles de crucero.
Yonaguni, que se sitúa a unos 110 kilómetros de Taiwán en las islas Nansei, parte de la prefectura de Okinawa, ha sido el lugar elegido por Koizumi para reafirmar la defensa del suroeste japonés. “He renovado mi compromiso de proteger las vidas y la paz de la gente, así como el territorio, las aguas y el espacio aéreo de nuestro país”, explicó.
En la última década, Japón ha reforzado su presencia militar en la región con nuevas bases en Yonaguni (2016), Amami Oshima y Miyakojima (2019) e Ishigaki (2023).
Por su parte, Takaichi, que asumió su cargo en octubre, ha causado descontento en China con sus declaraciones, indicando que un ataque chino contra Taiwán podría desencadenar una respuesta militar japonesa.
Taiwán ha mantenido su independencia ‘de facto’ de China desde 1949, siendo la única área no dominada por el Partido Comunista Chino tras la revolución liderada por Mao Zedong. Aunque Pekín busca una reunificación pacífica, no ha descartado la intervención militar, al considerar a la isla parte de su soberanía.









