La ciudad de Kisumu, ubicada en el oeste de Kenia, se convirtió en el escenario del último adiós al ex primer ministro Raila Odinga, cuyos restos fueron expuestos en el estadio Jommo Kenyatta. Este evento marca la penúltima parada antes de su sepultura, programada para esta noche en la granja familiar, culminando varios días de tributos oficiales.
El velatorio comenzó a las 09:00 y se extenderá hasta las 18:00, momento en el que se iniciará el traslado hacia Bondo, donde Odinga descansará junto a su padre, Jaramogi Oginga Odinga, fallecido en 1994 y quien fue el primer vicepresidente del país. Este último acto se llevará a cabo en la más estricta intimidad.
Ayer por la noche, la familia de Odinga recibió un emotivo mensaje de condolencias del expresidente estadounidense Barack Obama, quien destacó al ex primer ministro como un «defensor de la democracia» y un «ejemplo no sólo para Kenia sino para toda África», además de resaltar su disposición a optar por la «reconciliación incluso en tiempos difíciles».
«Como pocos líderes en el mundo, estuvo dispuesto a elegir el camino de la reconciliación pacífica sin comprometer sus valores fundamentales», subrayó Obama, quien tiene ascendencia keniana, en su publicación en la red social X.
El comienzo del velatorio en Kisumu fue algo agitado, con varios asistentes desvaneciéndose y requiriendo atención médica urgente, aunque sin mayores incidentes. La ceremonia se desarrolló con relativa tranquilidad, en contraste con los violentos sucesos del día anterior en el estadio Nyayo de Nairobi, donde una estampida provocó al menos dos muertes y numerosos heridos.
Raila Odinga, quien compitió en cinco elecciones presidenciales, falleció a los 80 años en un hospital de India debido a complicaciones de salud tras un infarto. Odinga, quien lideró el gobierno entre 2008 y 2013, había sido ingresado inicialmente por una infección bacteriana después de sufrir un desmayo.
El político, conocido por su firme oposición, fue encarcelado en 1982 acusado de conspirar para derrocar al gobierno. Pasó varios años en prisión, convirtiéndose en el preso político más longevo durante la presidencia de Daniel arap Moi. Odinga también denunció fraude electoral en todas sus derrotas y se negó a reconocer los resultados hasta que disputas legales y acuerdos políticos lo llevaron eventualmente a ocupar el puesto de primer ministro, una posición que terminó con su mandato en 2013.
Después de las elecciones de 2022, Odinga buscó la conciliación con el ganador, William Ruto, lo que llevó a la formación de un gobierno inclusivo con la integración de varios de sus seguidores, defendiendo este acercamiento como un paso hacia la unidad nacional después de meses de protestas.