Isaias Afwerki, presidente de Eritrea, ha advertido a Etiopía que se dirigen hacia una «guerra inútil» y ha confirmado que su nación está tomando precauciones ante un eventual conflicto, reflejando así el empeoramiento de las relaciones entre estos dos países que fueron aliados en el anterior conflicto de Tigray.
A principios de julio, Etiopía señaló a Eritrea de planear un ataque considerable junto a un grupo del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), lo que podría indicar la reanudación del grave conflicto que tuvo lugar hace cinco años en el norte de Etiopía.
El enfrentamiento entre Etiopía y el TPLF, que comenzó en noviembre de 2020, concluyó, en teoría, a finales de 2022 con un pacto de paz en Pretoria (Sudáfrica). No obstante, este acuerdo dejó insatisfecho al Gobierno eritreo, que consideró insuficiente el reconocimiento a su colaboración bélica junto al ejército etíope.
En una reciente entrevista, Afwerki calificó las acusaciones de Etiopía de «asombrosas, falsas e infantiles», según un informe del Ministerio de Información de Eritrea.
En vista de las elecciones nacionales programadas en Etiopía para el próximo año, se sugiere que el primer ministro Abiy Ahmed podría usar la tensión en Tigray como herramienta política. Además, desde 2023 ha reforzado los esfuerzos por asegurar un acceso autónomo al mar, incrementando las tensiones diplomáticas con Somalia y aumentando el riesgo de un conflicto militar con Eritrea.
Afwerki ha tachado estas maniobras de «ardid» con «otras dimensiones geopolíticas» y ha apuntado a la participación de otras grandes potencias en estas estrategias arriesgadas. También ha expresado su preocupación ante las acusaciones de Etiopía y la compra continua de armamento por parte de este país, refiriéndose a estas acciones como una «tendencia peligrosa y desesperada».
Finalmente, Afwerki ha reiterado que Eritrea no busca el conflicto pero se defenderá si es necesario, instando a Etiopía a evitar arrastrar a su pueblo a un conflicto innecesario y a concentrarse en solucionar sus problemas internos. Ha asegurado que tomarán «todas las medidas necesarias» ante la posibilidad de «actos de locura».














