Hibatulá Ajundzada, cabeza del liderazgo talibán, ha instruido a los ministros y otras autoridades para que eliminen el uso del término interino en sus títulos, en un gesto que busca afianzar el poder del Emirato Islámico en el aniversario del retorno del grupo radical al mando.
Ajundzada enfatizó este viernes que su administración continuará esforzándose por la prosperidad y la paz de la nación, adherida estrictamente a la sharia y la ley islámica, fundamento bajo el cual los talibanes han respaldado diversas violaciones a los Derechos Humanos durante estos últimos cuatro años.
El 15 de agosto, el régimen celebra su gran victoria y la liberación que, según afirman, alcanzaron contra la ocupación de Estados Unidos y sus aliados, tal como recordó el líder en un comunicado emitido por la agencia Pajhwok. Según Ajundzada, Afganistán ha conseguido la paz total gracias a la doctrina islámica.
Este punto de vista se opone al de observadores independientes que han señalado múltiples abusos mediante edictos y decretos, hasta el extremo de lo que expertos de Naciones Unidas han denominado un asalto implacable y creciente sobre los derechos y libertades fundamentales.
Los talibán aplican un sistema institucionalizado de represión de género, aplasta a la disidencia, se cobra represalias y amordaza a los medios independientes mientras muestra un total desprecio por los Derechos Humanos, la igualdad y la no discriminación, han advertido estos expertos en un mensaje difundido con motivo del aniversario.
Las mujeres y las niñas han sido excluidas no sólo de los principales círculos de poder político, sino también de cualquier esfera del espacio público, quedando imposibilitadas de acceder, por ejemplo, a la educación superior.
CASTIGOS PÚBLICOS
En este período, los talibán han reintroducido las ejecuciones y los castigos corporales en público, dentro de un régimen de represión que ha incluido detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas y torturas. El sistema judicial y el penitenciario están ahora regidos por normas alineadas con el islamismo más extremo.
Tras cuatro años de régimen talibán, lo que queda es un ordenamiento jurídico sumamente opaco y coercitivo que da prioridad a la obediencia frente a los derechos y al silencio frente a la verdad, ha lamentado la responsable de campañas de Amnistía Internacional para la región, Samira Hamidi, en un comunicado.
La población local, sin embargo, no se resigna a recuperar al menos parte de las libertades logradas en los 20 años en los que Afganistán vivió sin el yugo talibán. Una encuesta de ONU Mujeres indica que el 40 por ciento de la población femenina aún imagina un futuro en el el cambio y la igualdad es posible.
La representante de esta agencia en Afganistán, Susan Ferguson, ha subrayado que esta muestra de esperanza es un salvavidas y una estrategia política, un acto personal de resistencia en un país que sólo sirve ya a los intereses del reducido grupo político que lo controla desde Kabul.















