El mandatario de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha expresado su descontento con Polonia y otros países bálticos y nórdicos por su intención de retirarse del acuerdo que prohíbe las minas antipersona, tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Lukashenko ha indicado que la retirada de estos países del tratado tiene como fin «presionar» a Minsk. “La política hostil de Occidente con nosotros se está volviendo francamente agresiva. Buscan presionarnos”, manifestó, aludiendo a la posibilidad de que minen la frontera con su nación.
En una entrevista con la revista ‘Razvedchik’, el presidente bielorruso aseguró: “No planeamos cruzar la frontera sin invitación previa. Estamos dispuestos a tender la mano y cooperar con todos aquellos que así lo deseen con sinceridad y avanzar. Eso sí, queremos hacerlo con tractores y no con carros de combate”.
Además, cuestionó la eficacia de las medidas de fortificación fronteriza: “¿De qué sirve minar ahora las fronteras y gastar millones en la construcción de vallas de hierro si luego los migrantes pueden flanquearlas en tan solo cuestión de minutos?”, y reveló que está vigilando de cerca los desarrollos para «prever una respuesta ante cualquier ataque».
El viceministro polaco de Defensa, Pawel Bejda, había declarado en marzo que su país consideraba necesario colocar minas antipersona en sus fronteras con Rusia y Bielorrusia ante la gravedad de la situación, señalando que “No tenemos elección”. Polonia sostiene que Bielorrusia ha usado la migración como represalia por las sanciones de la Unión Europea desde el inicio de la invasión rusa.
















