El Movimiento 23 de Marzo (M23), facción rebelde, ha expresado su reprobación este miércoles ante la sentencia de muerte impuesta por un tribunal de la República Democrática del Congo (RDC) al exmandatario Joseph Kabila, acusándolo de mantener vínculos con el grupo y declarando que esta acción constituye una “violación” de los pactos establecidos para resolver el conflicto en la región oriental del país africano.
El liderazgo de M23, representado por Bertrand Bisimwa, ha comunicado a través de un mensaje en la red social X que “la condena a muerte contra el presidente Joseph Kabila bajo el pretexto de sus supuestos lazos con la Alianza Río Congo (AFC)/M23 es una violación de la declaración de principios, igual que la persistencia en las ofensivas por parte del régimen de Kinshasa”.
El Frente Común por el Congo (FCC), liderado por Kabila, ha criticado duramente la decisión judicial, denunciando “la restauración de la dictadura y la creciente instrumentalización con fines políticos tanto de la justicia como de las instituciones públicas” y calificando el proceso contra el expresidente como “ilegal de principio a fin”, según palabras de Raymond Tshibanda N’Tungamulongo, presidente de la Célula de Crisis del grupo, recogidas por el portal 7sur7.
“Se trata de algo inaceptable y por ello será combatido. Sin descanso. Con determinación. Hasta que la tiranía sea vencida, que lo será. No se trata de una opción, es un deber constitucional”, concluyó el FCC, en un contexto de tensiones crecientes en el país, a pesar de los esfuerzos internacionales por alcanzar la paz.
Kabila fue condenado en rebeldía por crímenes de guerra, traición y participación en una insurrección, siendo considerado el “líder indiscutible” de la AFC, vista como el ala política del M23. Tras el veredicto, se ordenó su arresto, aunque su ubicación actual es desconocida, tras ser visto por última vez en Bukavu, controlada por los rebeldes. El proceso judicial contra él empezó el pasado 31 de julio, después de que el Senado decidiera levantar su inmunidad parlamentaria, la cual mantenía desde que dejó la presidencia en 2019, tras 18 años en el poder sucediendo a su padre, Laurent Kabila, fallecido en 2001.
El actual presidente del RDC, Félix Tshisekedi, ha acusado a Kabila de apoyar a los rebeldes después de que estos tomaran las ciudades de Goma y Bukavu, intensificando las tensiones en el este del país y aumentando el riesgo de un conflicto directo entre el RDC y Ruanda.