Este sábado, millones de personas han tomado las calles en las principales urbes de Estados Unidos y otros lugares del mundo como Londres, París, Roma y Madrid, para expresar su rechazo hacia las medidas autoritarias y la gestión del presidente Donald Trump, respondiendo al llamado del movimiento ‘No Kings’.
Más de 2.700 eventos de protesta se han registrado tanto en territorio estadounidense como en el extranjero, con el apoyo de entidades como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), entre otras organizaciones.
En Washington D.C., Bill Nye, ha hecho una comparación de la actual movilización con las protestas contra la Guerra de Vietnam, destacando la gravedad de la situación actual: ‘Protestamos igual hoy. Solo que hoy nos jugamos más. En lugar de abandonar una guerra contra un enemigo escurridizo, a veces quizá imaginario, nos enfrentamos al posible fin de nuestra república’, según ha informado ABC News. Además, Nye ha instado a los legisladores a ‘detener los abusos de este presidente petulante y su círculo de aduladores’ y ha enfatizado: ‘No a los tronos. No a las coronas. No a los reyes’.
Las protestas, descritas como posiblemente las más grandes contra la deriva autoritaria de la segunda Administración Trump, han sido criticadas por sus partidarios como actos de ‘odio contra América’. Bernie Sanders ha alertado sobre el peligro que representa un presidente que acumula poder, y ha criticado la militarización, la persecución a inmigrantes y las represalias contra medios y opositores.
Adam Schiff, también presente en Washington, ha reiterado la importancia de no permanecer en silencio ante los abusos actuales y ha celebrado la amplia participación ciudadana en estas protestas. En Minneapolis, el alcalde Jacob Frey ha hecho un llamamiento a la inclusión y la resistencia frente a la política de expulsión de inmigrantes de Trump, según CNN.
Los organizadores han sugerido vestir de amarillo, en solidaridad con las protestas prodemocráticas de Hong Kong de 2019, simbolizando la lucha democrática y la disidencia no violenta. La principal marcha se ha celebrado en Washington D.C., con un notable despliegue de la Guardia Nacional. Las protestas también han tenido una notable presencia en ciudades como Chicago, Denver, Nueva York y Atlanta, y se espera una participación aún mayor que en junio, cuando se estimaron cinco millones de asistentes.