Los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reunirán el lunes para abordar las garantías de seguridad a Ucrania en un momento clave de las negociaciones de paz impulsadas por Estados Unidos y coincidiendo con el viaje del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a Berlín para verse con el canciller alemán Friedrich Merz y otros dirigentes europeos.
En Bruselas gana terreno la posibilidad de vincular el proceso de adhesión de Ucrania al futuro acuerdo de paz, barajando 2027 como horizonte temporal. En este marco, los titulares de Exteriores de la UE repasarán los últimos movimientos diplomáticos, después de que Zelenski haya manifestado estar dispuesto a considerar concesiones territoriales en el Donbás si se celebra un referéndum, y analizarán de qué forma la Unión podría acelerar la integración de Ucrania mediante garantías de seguridad que difícilmente se materializarán a través de su entrada en la OTAN.
En la capital comunitaria remiten a los compromisos de seguridad que la UE asumió en su acuerdo bilateral con Ucrania en junio de 2024. “Allí afirmamos que la ampliación y el camino de integración europea de Ucrania forman parte de esos compromisos de seguridad”, ha declarado un alto cargo europeo, mientras el canciller alemán apunta a nuevas citas en Berlín para tratar precisamente estas cuestiones.
Con todo, distintas fuentes recuerdan que la adhesión a la UE está sujeta al principio de mérito de los países candidatos y que no existen atajos. “No he visto ningún documento que diga 1 de enero de 2027. El proceso es el proceso”, indican otras fuentes diplomáticas al ser preguntadas por la opción de que Kiev se incorpore a la Unión en ese plazo como parte del eventual acuerdo de paz que ponga fin a la guerra.
El pacto de garantías de seguridad firmado con Ucrania abarca numerosos elementos, desde la misión europea de adiestramiento de reclutas ucranianos hasta los programas de desminado o el respaldo a la reforma de sus instituciones de seguridad, e incorpora también la perspectiva de la adhesión. Por ello, la reunión del lunes servirá para examinar en qué punto se encuentran las garantías de seguridad ofrecidas por la UE.
Todo ello sucede mientras la UE sigue encajando las críticas de Estados Unidos en su Estrategia de Seguridad Nacional, en la que señalaba a la UE como parte de los “problemas” del continente por “socavar la libertad y la soberanía políticas”. En Bruselas admiten que no es la primera vez ni será la última que Washington lanza un mensaje tan duro, en un contexto de desconfianza creciente hacia la Casa Blanca.
A pesar de ello, los Veintisiete sostienen que el vínculo trasatlántico continúa siendo esencial para la seguridad europea y para preservar el orden internacional basado en normas, y recalcan su intención de mantener el rumbo, seguir respaldando a Ucrania y aumentar la presión sobre Rusia.
De hecho, el lunes arrancará una semana decisiva para fijar el apoyo de la UE a Kiev, con el debate sobre los préstamos de reparación financiados con los activos rusos congelados en Europa en el horizonte. Todo apunta a que la cumbre de líderes de los días 18 y 19 deberá cerrar el consenso necesario para dar este paso y garantizar la viabilidad financiera de Ucrania durante los próximos dos años, dado que, incluso si la guerra concluye, las Fuerzas Armadas ucranianas requerirán en torno a 70.000 millones para seguir disuadiendo a Rusia.
Como parte de la estrategia para incrementar la presión sobre Moscú, la UE prevé dar luz verde a un nuevo paquete de sanciones contra la denominada flota rusa fantasma, que incorporará más de 40 buques adicionales, así como contra el entramado mediático que respalda al Kremlin en su agresión a Ucrania.










