Médicos Sin Fronteras (MSF) junto a especialistas de la Escuela de Salud Pública de Yale expresan su preocupación por la situación de 260.000 individuos actualmente confinados en El Fasher, Sudán, ahora bajo el dominio de las fuerzas paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), donde se han reportado ‘atrocidades masivas’. Según informes, siete periodistas han desaparecido y tres reporteras han sido agredidas sexualmente, según ha informado el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
‘Las cifras de llegadas no cuadran’, ha señalado Michel Olivier Lacharité de MSF, destacando que en la última semana, apenas 5.000 personas han logrado evacuar hacia el campamento más cercano en Tawila. ‘¿Dónde están todas las personas desaparecidas que ya han sobrevivido a meses de hambruna y violencia en El Fasher?’, ha cuestionado.
Por otro lado, el Laboratorio de Investigación Humanitaria de Yale, tras analizar recientes imágenes por satélite, ha advertido que no se observan ‘movimientos a gran escala que coincidan con la huida de civiles de El Fasher fuera del cerco’. Esto sugiere que muchos civiles podrían estar muertos, capturados o escondidos. Además, han detectado ‘claros indicios de que continúan las matanzas masivas’, empeorando la situación ya que las RSF parecen haber iniciado una fase de búsqueda y exterminio.
Hasta ahora, los investigadores de Yale han identificado al menos 31 ‘agrupaciones compatibles con cuerpos’ sin vida. Lacharité ha descrito escenas horribles reportadas por los desplazados en Tawila, donde la mayoría de los niños menores de cinco años sufrían de desnutrición aguda severa. ‘La respuesta más probable, aunque aterradora, es que están siendo asesinados, bloqueados y perseguidos cuando intentan huir’, ha indicado.
Finalmente, el CPJ ha instado a la comunidad internacional a investigar el paradero de los periodistas desaparecidos y ha denunciado que las RSF han cometido violencia sexual contra periodistas durante sus ataques, ‘lo que forma parte de un patrón más amplio de violencia sexual’. A pesar de estas acusaciones, los paramilitares han negado su participación en las atrocidades y han mostrado imágenes de la reapertura del hospital Al Saudi para atención médica civil.















