Un tribunal de inmigración en Estados Unidos ha rechazado la petición de los representantes legales del salvadoreño Kilmar Ábrego para reabrir su caso y argumentar a favor de su asilo en el país, después de su retorno de una deportación irregular a El Salvador, destacando la rigurosidad de las normativas migratorias impuestas durante la gestión de Donald Trump.
El juez adjunto de Georgia, Philip Taylor, ha declarado que la petición de asilo de Ábrego es «extemporánea», pues fue presentada casi seis años después de su proceso migratorio inicial, sobrepasando el límite de 90 días, de acuerdo con un documento judicial reportado por ABC News.
Además, el juez rechazó la existencia de «pruebas suficientes» que demostrasen que el Departamento de Seguridad Nacional tenía planes de deportar a Ábrego García a Uganda, Esuatini u otra nación. A pesar de que en agosto notificaron a sus abogados sobre una posible deportación a Uganda, el magistrado interpretó que la palabra ‘podría’ es permisiva, sugiriendo que el Departamento solo se reservaba el derecho de deportarlo, sin indicar una decisión o acción inminente.
Taylor también juzgó como «insuficientes» los argumentos y pruebas sobre el temor de Ábrego García de ser torturado o asesinado en El Salvador por ser percibido como miembro de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13). El juez opinó que el salvadoreño no estuvo expuesto a «las condiciones descritas en la evidencia sobre la situación en su país» durante su detención en el CECOT, la controvertida megacárcel usada por el gobierno de Nayib Bukele.
El Departamento de Seguridad Nacional ha expresado satisfacción por mantener la orden de deportación contra Ábrego García, acusándolo de ser «miembro de una pandilla MS-13 y traficante de personas», a pesar de que Ábrego se declaró inocente y fue liberado bajo fianza. Además, el Departamento aprovechó para criticar al Partido Demócrata por su aparente apoyo a Ábrego durante un viaje financiado con fondos públicos.
Ábrego fue deportado en marzo, a pesar de que en 2019 se le había otorgado estatus de protección temporal tras huir de la violencia de las pandillas en El Salvador. La Administración admitió que fue deportado por error, pero sigue intentando evitar su regreso a Estados Unidos.