Desde la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha desmentido el sábado pasado las alegaciones de que el líder israelí haya extendido de manera intencionada el conflicto en la Franja de Gaza con el objetivo de preservar su posición política, desacreditando un informe de ‘The New York Times’.
El reportaje del periódico estadounidense «difama a Israel, a sus valientes gentes y soldados y a su primer ministro», afirmó la oficina de Netanyahu mediante una declaración formal.
El artículo sugiere que Netanyahu desechó una propuesta que habría permitido la liberación de 30 rehenes, siguiendo un ultimátum del ministro de Finanzas y líder del Partido Nacional Religioso-Sionismo Religioso para derrocar al gobierno. También se indica que frustró esfuerzos de Estados Unidos para mejorar las relaciones con Arabia Saudí, debido a la oposición del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.
Según la oficina de Netanyahu, «son afirmaciones de los rivales políticos de Netanyahu desacreditadas hace mucho tiempo que se presentan como nuevas». En cambio, sostienen que las decisiones tomadas por Netanyahu «han llevado a Israel a una de las remontadas militares más grandes de la historia».
«El liderazgo de Netayahu ha traído la detonación de los buscas de Hezbolá, la destrucción de sus reservas de misiles, la destrucción del armamento de (Bashar) Al Assad, la eliminación de los jefes terroristas de Hamás y Hezbolá y sobre todo, la acción contra los programas nuclear y de misiles balísticos de Irán que buscaban la aniquilación de Israel», argumentaron.
Netanyahu fue descrito no como «espectador pasivo de estos logros, sino que fue el líder que los consiguió, a menudo a pesar de las reservas de altos cargos del sistema de defensa que le pedían capitular ante los dictados de Hamás y poner prematuramente fin a la guerra».
De haberlo hecho, «Hamás, Hezbolá, el régimen de Al Assad y los programas nuclear y de misiles de Irán seguirían intactos a día de hoy», se defendió la oficina del primer ministro.
Además, se afirmó que «el año pasado no había ningún acuerdo viable» y que Netanyahu solo aceptó aquellos acuerdos para la liberación de rehenes que consideró apropiados «incluso cuando sus socios de coalición votaron en contra».
«El primer ministro Netanyahu nunca se ha preocupado de su supervivencia política, sino de la supervivencia de su país. Está llevando a cabo la misión de toda una vida: garantizar el futuro el único Estado judío», concluyeron desde su oficina.















