La Organización de las Naciones Unidas ha expresado su preocupación este viernes tras la captura de dos nuevos trabajadores por parte de los insurgentes hutíes en la capital yemení, Saná. Con estos últimos detenidos, se alcanza un total de 55 empleados de la ONU retenidos por la insurgencia en Yemen.
El subportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq, ha criticado que las autoridades ‘de facto’ en Yemen han implementado ‘diversas medidas que han dificultado cada vez más’ las labores de la organización y sus agencias dirigidas a la población civil desde 2021.
‘Entre sus acciones se incluye la entrada forzosa y la ocupación de instalaciones de la ONU, la confiscación de bienes y la reiterada detención arbitraria del personal, 55 de los cuales permanecen detenidos. Dos de ellos fueron arrestados ayer’, declaró Haq en una conferencia de prensa.
Haq también señaló que estas acciones han llevado a la ONU a ‘reevaluar’ cómo operan en las áreas controladas por los hutíes, nombrando a Muin Shreim para encabezar y reforzar los esfuerzos para asegurar la liberación de sus empleados y ‘prevenir futuras detenciones’.
Recientemente, doce trabajadores que habían sido retenidos este mes lograron salir de Yemen en un avión proporcionado por la ONU, mientras que otros tres ‘eran libres de moverse o viajar’. Anteriormente, los hutíes habían acusado al personal de la ONU de colaborar con Israel en sus ataques contra líderes de las autoridades hutíes, acusaciones que fueron firmemente negadas por el secretario general de la ONU, António Guterres.
Yemen ha estado en un estado de caos desde hace más de una década, periodo en el cual los rebeldes han fortalecido su poder y extendido su alcance de amenazas. Los hutíes, aliados de Irán, han incrementado sus ataques contra Israel en los últimos dos años como respuesta a la ofensiva militar en la Franja de Gaza.














