Después de casi un mes de intensos incendios forestales, Portugal ha conseguido controlar los siniestros más grandes que ha enfrentado recientemente. Las autoridades han confirmado que todos los grandes fuegos que han azotado el país en las últimas semanas están ahora bajo control, incluyendo uno que se considera la peor catástrofe forestal en la memoria del país.
El Instituto para la Conservación de la Naturaleza y de los Bosques (ICNF) ha informado que el incendio que se inició el 13 de julio en Arganil, Coimbra, arrasó con aproximadamente 64.000 hectáreas, un número sin precedentes en el registro histórico. Este incendio no fue completamente extinguido hasta el pasado domingo, y ha superado las 53.000 hectáreas que se quemaron en Vilarinho en 2017. Este evento representa una cuarta parte de las 250.000 hectáreas que han sido consumidas por el fuego en Portugal este año, según datos de la agencia Lusa.
A pesar de estos avances, más de 40 municipios aún se consideran en máximo riesgo de incendio, y las autoridades se mantienen cautas antes de declarar la situación totalmente superada. La localidad de Sabrosa, en Vila Real, es uno de los focos que todavía preocupan a las autoridades, donde recientemente se ha logrado perimetrar el tercer incendio del verano en esa área, de acuerdo con RTP.
Recientemente, el gobierno de Portugal ha aprobado un conjunto de medidas para la restauración de las zonas, infraestructuras y propiedades afectadas por estos incendios, que también han resultado en la pérdida de cuatro vidas.













