El Gobierno qatarí ha mostrado su agradecimiento por las promesas de protección ofrecidas por Estados Unidos tras la firma de una orden ejecutiva por parte del presidente Donald Trump. Esta medida sitúa a Washington en la responsabilidad de considerar “cualquier ataque armado” contra Qatar como una amenaza directa a su propia seguridad, una reacción al ataque de Israel contra una delegación de Hamás en Doha en septiembre.
Desde el Ministerio de Exteriores de Qatar se ha valorado positivamente esta orden, publicada en la red social X, destacando que «es un reflejo de los firmes y duraderos lazos entre Doha y Washington, construidos en la cooperación y la asistencia en la mediación, la resolución de conflictos y la paz y la seguridad globales».
El comunicado añade que esta decisión «representa un paso importante a la hora de reforzar la estrecha cooperación en defensa entre ambos países» y resalta el «importante papel de Estados Unidos a la hora de consolidar la paz regional». Además, recalca el compromiso de Qatar de seguir colaborando con Estados Unidos y otros socios internacionales para avanzar en la resolución de conflictos y apoyar la paz duradera en Oriente Próximo.
Trump firmó la orden el 29 de septiembre, que fue publicada el 1 de octubre, y que establece que «Estados Unidos considerará todo ataque armado contra el territorio, la soberanía o la infraestructura crítica del Estado de Qatar como una amenaza para la paz y la seguridad de Estados Unidos». Además, en caso de ataque, Estados Unidos tomaría «todas las medidas legales y apropiadas, incluidas a nivel diplomático, económico y, de ser necesario, militar, para defender los intereses de Estados Unidos y el Estado de Qatar para restaurar la paz y la estabilidad».
Mayed al Ansari, portavoz del Ministerio de Exteriores qatarí, expresó en rueda de prensa que el Gobierno de Qatar está «satisfecho» con las garantías de seguridad estadounidenses y subrayó que la base de su política es asegurar que el ataque israelí no se repita, sin hacer comentarios sobre las disculpas emitidas por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por el bombardeo que dejó seis muertos.