Varios estados árabes e islámicos han expresado su rechazo «enérgicamente» a la decisión del Parlamento de Israel, que en una primera lectura ha dado luz verde a un proyecto de ley para la anexión de Cisjordania. Esta medida ha sido criticada tanto por la Autoridad Palestina como por Hamás y ciertos sectores de la administración de Donald Trump.
Un grupo de 14 naciones, entre las que se encuentran Arabia Saudí, Jordania y Turquía, han manifestado a través de un comunicado conjunto, también suscrito por la Liga de Estados Árabes y la Organización para la Cooperación Islámica, que dicha ley representa una «flagrante violación del Derecho Internacional y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas». Además, han recordado los veredictos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) al respecto.
Estos países han «advertido sobre la persistencia de políticas y acciones unilaterales e ilegales por parte de Israel» y han «instado a la comunidad internacional a cumplir con sus obligaciones legales y morales, presionando a Israel para que detenga su peligrosa escalada y sus intervenciones ilegales en los territorios palestinos ocupados, y a proteger los derechos legítimos del pueblo palestino para la formación de su propio Estado (…) como único camino hacia una paz amplia y justa que asegure la seguridad y estabilidad regional».
También han valorado positivamente la opinión consultiva de la CIJ sobre las responsabilidades de Israel en relación al suministro de ayuda humanitaria a los habitantes palestinos en la Franja de Gaza, a través de la ONU, especialmente la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA).
Por otro lado, el presidente de Estados Unidos ha declarado que «Israel no va a hacer nada con Cisjordania»: «No os preocupéis», afirmó en una rueda de prensa durante una reunión de su gabinete, asegurando que «Israel lo está haciendo muy bien. No van a hacer nada con (Cisjordania)».













