El Gobierno de Ruanda ha refutado las declaraciones de las Naciones Unidas que indican, sin aportar evidencias concretas, que sus fuerzas armadas ‘ayudaron’ a eliminar a cientos de ciudadanos en el este de la República Democrática del Congo. Esta afirmación surge tras un informe de la oficina de Derechos Humanos que contabiliza en 319 los civiles fallecidos del 9 al 21 de julio en el área de Kivu Norte, atribuidos al grupo M23, apoyado por Ruanda.
‘Ruanda rechaza las falsas acusaciones formuladas en la reciente declaración de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Alega, sin pruebas, corroboración ni motivos declarado, que las Fuerzas de Defensa de Ruanda (FDR) ‘ayudaron’ a matar a ‘319 civiles’ en granjas del este de RDC’, indica un comunicado del Ministerio de Exteriores ruandés.
El Gobierno ruandés también criticó la supuesta falta de imparcialidad en las acusaciones y cuestiona la credibilidad y metodología de la ONU, especialmente en un contexto donde la misión de la ONU, la MONUSCO, ‘ha fracasado durante mucho tiempo en la protección de los civiles afectados por la inseguridad’. Además, mencionaron que estas ‘sensacionalistas acusaciones’ podrían ‘socavar los procesos en curso para una resolución pacífica del conflicto’.
Recientemente, el M23 también desmintió el informe y exigió una retractación y disculpa pública de la ONU, declarando que ‘estas acusaciones constituyen una flagrante tergiversación de los hechos, una violación de la imparcialidad y un grave quebrantamiento de la credibilidad institucional de Naciones Unidas’.
Por otro lado, el Gobierno de la República Democrática del Congo, que ha condenado ‘enérgicamente la masacre de más de 300 civiles’, destacó la ‘contradicción fundamental entre la retórica’ del M23 y sus ‘acciones sobre el terreno’, subrayando que estos ‘atroces crímenes ocurren durante el periodo de alto el fuego’. Ambos gobiernos, junto con otros actores internacionales, continúan buscando formas de resolver pacíficamente el conflicto.