El presidente de Kenia, William Ruto, ha solicitado a las autoridades de seguridad del país que ‘disparar en la pierna’ a los manifestantes que dañen establecimientos comerciales. Esto ocurre en el contexto de las protestas contra el gobierno, que hasta ahora han resultado en la muerte de más de 30 personas. Estas protestas fueron convocadas el lunes 7 de julio para recordar el retorno de la democracia en 1990, en el evento denominado Día de Saba Saba.
‘Cualquiera que queme el comercio o la propiedad de otra persona debería ser disparado en la pierna, hospitalizado y, después, llevado ante la justicia. No los maten, pero asegúrense de que sus piernas están rotas’, afirmó Ruto durante el lanzamiento de un proyecto de viviendas para policías en Kilimani, un área residencial de Nairobi, como reportó el periódico ‘Daily Nation’.
Ruto ha señalado que ciertos individuos y políticos podrían haber financiado estos actos vandálicos. ‘Vamos a por vosotros. No se puede financiar la violencia en Kenia y esperar salir impune. Utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para estabilizar el país’, proclamó, advirtiendo sobre el peligro de que ‘el caos y la anarquía destruyan el desarrollo que hemos logrado’.
‘He guardado silencio, he sido paciente con ellos, pero ya basta. Permitidme que lo deje claro: aquellos que atacaron a nuestros agentes de policía, aquellos que atacaron instalaciones de seguridad, incluidas comisarías, han declarado la guerra a la República de Kenia’, manifestó Ruto, etiquetando esas acciones de ‘inaceptables’.
La represión de estas protestas ha dejado un saldo de al menos 31 fallecidos en Kenia, además de más de un centenar de heridos y alrededor de 500 detenidos, según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR). Esta entidad también ha reportado dos desapariciones forzosas y daños a propiedades de ‘valor desconocido’.
La KNCHR ha condenado ‘enérgicamente’ las violaciones de Derechos Humanos y ha exigido responsabilidades a todos los actores implicados en estas manifestaciones, que han despertado igualmente ‘profunda preocupación’ por parte de las Naciones Unidas, especialmente por los daños y los 52 agentes de policía lesionados.
Las protestas por el Día de Saba Saba han reflejado este año el descontento de parte de la sociedad hacia el Gobierno y su manejo de temas como el alto coste de vida, la corrupción y el despilfarro de recursos, además de la violencia policial.