Una vez más, el Senado de Estados Unidos ha declinado aprobar un proyecto de ley que buscaba financiar temporalmente el Gobierno federal hasta el 21 de noviembre, a pesar del respaldo de tres senadores demócratas en esta ocasión.
La propuesta, que seguía las directrices anteriores al cierre, no logró el apoyo suficiente con 54 votos a favor, faltando seis para alcanzar el mínimo necesario, mientras que 45 senadores votaron en contra.
Entre los partidarios se encontraban los senadores demócratas John Fetterman (Pensilvania) y Catherine Cortez Masto (Nevada), junto con Angus King (Maine), independiente que se alinea con los demócratas, según informa The Hill. Estos senadores ya habían apoyado iniciativas similares anteriormente.
Por el contrario, el senador republicano por Kentucky, Rand Paul, se opuso a esta medida, al igual que se había opuesto a la utilización de poderes de guerra contra los cárteles por parte del presidente Donald Trump, junto a Lisa Murkowski (Alaska).
Después de la votación, el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune (Dakota del Sur), presentó una moción para reconsiderar la medida inmediatamente, permitiendo así otra oportunidad de votación cuando lo estimen conveniente.
Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata, destacó que cada día de parálisis gubernamental favorece a su partido, enfocado en proteger la inversión en salud. “Lo habíamos pensado con mucha antelación y sabíamos que la atención médica sería el tema central el 30 de septiembre y nos preparamos para ello… Su teoría era: amenazarnos, engañarnos, y nos rendiríamos en un día o dos”, declaró a Punchbowl.
Ante estas afirmaciones, el vicepresidente JD Vance criticó duramente a Schumer en la red social X, mientras que Thune señaló que la prolongación del cierre demostraría la responsabilidad demócrata en la situación. Por otro lado, el senador demócrata por Connecticut, Chris Murphy, defendió la postura de su partido, indicando la importancia de proteger al país y a sus electores de riesgos mayores.
A pesar de que los republicanos controlan ambas cámaras, su estrecha mayoría en el Senado otorga a los demócratas la capacidad de ejercer presión, especialmente en temas de salud como el Obamacare, en medio de una intensificación de la retórica antiinmigración de la administración Trump.