Este martes, el Senado de Estados Unidos ha declinado por octava ocasión un proyecto de ley esencial para la financiación del Gobierno, lo cual podría derivar en que el cierre gubernamental alcance su tercera semana, y se perfil como el segundo cierre más prolongado en la historia del país.
La propuesta republicana, que buscaba asegurar los fondos del Ejecutivo hasta finales de noviembre, no consiguió los apoyos necesarios para superar el umbral de 60 votos, obteniendo 49 a favor y 45 en contra.
La mayoría del bloque republicano respaldó la medida, incluyendo votos de la senadora demócrata por Nevada, Catherine Cortez Masto, y el independiente por Maine, Angus King, como en ocasiones anteriores. Sin embargo, John Fetterman, demócrata por Pensilvania, no estuvo presente. En contra votaron los demás senadores demócratas y el republicano por Kentucky, Rand Paul, quien mantuvo su postura previa.
John Thune, líder de la mayoría republicana del Senado, expresó su frustración indicando que «los demócratas no estarán satisfechos hasta que las familias de militares y los empleados públicos hagan fila en los bancos de alimentos, visiten prestamistas de día de pago o simplemente carguen a sus tarjetas de crédito artículos de primera necesidad como leche y pan para que se reembolsen con retraso».
Por su parte, los demócratas, liderados por Chuck Schumer, insistieron en la necesidad de extender los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible antes de su expiración a final de año. Schumer declaró que «No es un problema para arreglarlo más adelante, sino ahora», añadiendo que «los republicanos pueden pensar que pueden resistir hasta la próxima Edad de Hielo, pero se avecina una encrucijada, les guste o no».
En este contexto de estancamiento, el cierre del Gobierno está a punto de entrar en su tercera semana y podría establecerse el viernes como el segundo más duradero en la historia de los Estados Unidos, solo superado por el cierre de 35 días entre 2018 y 2019 durante la administración de Trump.