A las 00:01 (hora local), el Gobierno federal estadounidense entró en un cierre parcial (shutdown) después de que los demócratas rechazaran un proyecto de ley que extendía el financiamiento. Esto marca el primer cierre en casi siete años.
Según Reuters, la Cámara Alta no alcanzó los 60 votos necesarios para desbloquear el proyecto de gasto temporal, lo que deja paralizadas numerosas agencias federales.  El presidente Trump, por su parte, no tardó en amenazar con despidos masivos y recortes “irreversibles” en programas sociales si el impasse continúa. 
Un pulso político con daños colaterales
El cierre llega después de que los demócratas bloquearan la propuesta republicana de extender el gasto por siete semanas sin concesiones, exigiendo al mismo tiempo que se mantengan subsidios de salud bajo la Ley de Cuidado Asequible (ACA). Las negociaciones se estancaron, y el Senado optó por no votar la reforma de salud exigida por los demócratas. 
El vicepresidente JD Vance advirtió que el país “se dirige a un shutdown” y culpó a los demócratas por no aceptar una prórroga sin condiciones extra.  En paralelo, Trump sugirió aprovechar el cierre para recortar programas que considera excesivos, incluyendo prestaciones de salud, y recortar empleos federales. 
Qué servicios seguirán funcionando y qué quedará paralizado
Durante el shutdown, las funciones esenciales como la seguridad nacional, las fuerzas del orden, la entrega de correos, los beneficios sociales automáticos (como la Seguridad Social) y ciertas operaciones de defensa se mantendrán activas.  En cambio, agencias como educación, agricultura, y programas de investigación podrían detener sus operaciones, y miles de empleados serán suspendidos sin paga hasta que se reanude la financiación.