El Gobierno de Sudán del Sur ha confirmado la llegada al país de varias personas deportadas por Estados Unidos, la mayoría de ellas extranjeras, y ha justificado su acción de recibir estas personas frente a las críticas por la opacidad del acuerdo, en un contexto de políticas de Washington para deportar a individuos que considera implicados en delitos o en situación irregular.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudán del Sur indicó en un comunicado en Facebook que un total de ocho personas, ‘entre ellas un sursudanés’, arribaron el 5 de julio al aeropuerto de Yuba ‘tras un proceso de deportación por parte del Gobierno de Estados Unidos’, destacando que su aceptación se realizó ‘en línea con las responsabilidades soberanas y los procedimientos establecidos’.
‘Están en estos momentos en Yuba bajo cuidado de las autoridades, que los están supervisando y garantizando su seguridad y bienestar, en línea con las leyes sursudanesas y las normas y prácticas internacionales aplicables’, afirmó el ministerio, enmarcando esto dentro de ‘las interacciones bilaterales’ entre Sudán del Sur y Estados Unidos.
Asimismo, resaltó que ‘como parte de un marco más amplio de cooperación, ambos países continúan interactuando de forma constructiva y de buena fe en diversos asuntos’, con la intención de ‘normalizar las relaciones, profundizar la cooperación bilateral y abordar los asuntos de interés y preocupación mutuos’.
Yuba subrayó que ‘respondió positivamente’ a la solicitud de Washington de aceptar a estas personas ‘como gesto de buena voluntad, cooperación humanitaria y compromiso con los intereses mutuos’, considerando también el apoyo estadounidense a las aspiraciones de independencia del país antes de su separación de Sudán mediante el referéndum de 2011.
‘Esta decisión, cuidadosamente estudiada, refleja el firme compromiso de Sudán del Sur con los principios de cooperación internacional y responsabilidad humanitaria’, declaró, antes de reiterar que ‘seguirá buscando acciones que apoyen la paz, el desarrollo, el beneficio mutuo y la cooperación internacional efectiva’.
Estas ocho personas fueron trasladadas a Sudán del Sur después de varias semanas en una base militar de Estados Unidos en Yibuti mientras se resolvían las apelaciones en los tribunales del país norteamericano, que cuestionaron la legalidad de estos procedimientos, especialmente porque Washington advierte contra los viajes al país africano debido al conflicto y la inseguridad.
Los hombres deportados, ciudadanos de Birmania, Cuba, Laos, México y Vietnam, llegaron al país después de que un juez federal finalmente aprobara los planes de la administración de Donald Trump, que en las últimas semanas también ha enviado extranjeros a una prisión en El Salvador y considera acuerdos con otros países para acelerar estas deportaciones.











