El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que este jueves mantendrá una conversación telefónica con los dirigentes de Tailandia y Camboya con el objetivo de que “dejen de pelear”, en plena escalada de choques armados en la frontera común que, por ahora, han causado alrededor de una quincena de fallecidos y el desplazamiento de cientos de miles de personas en ambos países.
Ante los medios presentes en el Despacho Oval, el mandatario ha insistido en que “creo que puedo hacerlo bastante rápido. Creo que mañana tenemos programada una llamada telefónica con Tailandia y Camboya. Creo que puedo conseguir que dejen de pelear. ¿Quién más puede hacer eso?”.
El ocupante de la Casa Blanca ha explicado que “de vez en cuando, una se reaviva y tengo que apagar esa pequeña llama” y, en esta línea, ha añadido que “la apagaremos de nuevo”. “Tengo previsto hablar con ellos mañana y ver si puedo. Fue una pena lo que pasó”, ha manifestado, aludiendo al reciente repunte de violencia.
Pocas horas antes, las autoridades tailandesas habían señalado “no estar preparadas” para un diálogo directo ni para la “mediación de terceros”, a pesar de que el presidente estadounidense llevaba días anunciando su intención de conversar con los dirigentes de Bangkok y Nom Pen para tratar de frenar la espiral de violencia.
Los choques fronterizos se han agravado desde el 7 de diciembre, fecha en la que las fuerzas tailandesas lanzaron una serie de ataques contra posiciones camboyanas a lo largo de la línea limítrofe, después de la muerte de un soldado tailandés presuntamente a manos de tropas de Camboya, una versión rechazada por Nom Pen. Desde entonces, al menos 15 personas han perdido la vida —cinco militares tailandeses y diez civiles camboyanos, entre ellos un menor— y más de medio millón de habitantes se han visto forzados a abandonar sus hogares a ambos lados de la frontera, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades.










