La Unión Europea ha dado este lunes luz verde a un nuevo paquete de sanciones dirigido contra personas y compañías a las que acusa de difundir propaganda rusa sobre la invasión de Ucrania y de impulsar acciones de injerencia extranjera, de modo que suma a 14 personas y empresas adicionales a su “lista negra”.
En el marco de las persistentes actividades híbridas atribuidas a Rusia, la UE ha decidido imponer restricciones a ideólogos, periodistas y analistas políticos vinculados a instituciones, ‘think tank’ y universidades “estrechamente relacionados con el Kremlin”, así como a influencers y propagandistas que difunden “teorías conspirativas” sobre la invasión de Ucrania y “narrativas anti-Ucrania y anti-OTAN”.
Entre los nuevos nombres figuran varios ex altos mandos de Ejércitos occidentales, entre ellos de Estados Unidos, Suiza o Francia, a quienes se les reprocha difundir la propaganda rusa y sostener que Ucrania habría “orquestar su propia invasión para unirse a la OTAN”.
En cuanto a las organizaciones, Bruselas apunta al Movimiento Internacional Rusófilo por “amplificar narrativas desestabilizadoras a nivel global en nombre del gobierno ruso”, y extiende las sanciones a entidades señaladas como responsables de ataques tecnológicos contra la UE, incluidos los incidentes de fallos en señales GPS registrados por varios Estados miembro.
Asimismo, el bloque comunitario aplicará medidas contra la Inteligencia militar rusa por la ejecución de ciberataques dirigidos contra el Gobierno ucraniano y contra aliados de Kiev. Con este nuevo paquete, la UE mantiene a 59 personas y 17 entidades bajo sanciones por su implicación en la difusión de propaganda rusa en el contexto de la guerra en Ucrania, lo que conlleva la congelación de sus activos y la prohibición de viajar al territorio comunitario.











