El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha declarado este viernes que la condición de los niños en la Franja de Gaza ‘es peor que nunca antes’ y ha enfatizado que ‘la propia noción de ‘zonas seguras’ en el sur es ridícula’, en medio de las repetidas órdenes de evacuación del Ejército de Israel, que insta a la población a trasladarse a estas áreas durante su ofensiva en respuesta a los ataques del 7 de octubre de 2023.
En una conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz de UNICEF, James Elder, ha reafirmado que ‘no hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza’ y ha criticado que ‘la lógica impuesta a la población de Gaza es brutal y contradictoria’. ‘El norte ha sido declarado territorio hostil: quienes permanezcan allí serán considerados sospechosos’, ha advertido.
‘Seamos claros: la emisión de una orden de evacuación general o indiscriminada a la población civil no significa que quienes se queden atrás pierdan su protección como civiles’, ha explicado Elder, destacando que ‘la ciudad de Gaza sigue siendo el hogar de decenas de miles de niños y niñas’. ‘Niños descalzos empujan a sus abuelos en sillas de ruedas entre los escombros. Niños amputados luchan por avanzar entre el polvo. Madres llevan a niños y niñas cuya piel sangra por las erupciones cutáneas. Los niños tiemblan ante los implacables ataques aéreos y miran al cielo siguiendo el fuego de los helicópteros y drones’, ha resaltado.
Además, Elder ha informado que se ha alertado a otros 200.000 civiles para que abandonen la ciudad de Gaza, sumándose a los más de 400.000 ya desplazados hacia el sur. Ha mencionado que el hospital de la ciudad, el Patient Friendly Hospital, recibe diariamente entre 60 y 80 niños por desnutrición y otras enfermedades, mientras que la UCI para bebés del Hospital Al Helu está saturada y fue bombardeada la semana pasada.
‘En el sur, las llamadas ‘zonas seguras’ también son lugares de muerte’, ha declarado Elder. ‘Al Mauasi, ahora uno de los lugares más densamente poblados de la Tierra, está grotescamente superpoblado y desprovisto de lo esencial para la supervivencia’, ha añadido, señalando que ‘el 85 por ciento de las familias viven a menos de diez metros de alcantarillas abiertas, excrementos de animales, montones de basura, agua estancada o infestaciones de roedores’. ‘Dos tercios no tienen acceso a jabón’, ha indicado, mientras que ‘decenas de miles de personas’ en ciudad de Gaza han expresado que ‘no tienen dinero para mudarse, ni espacio ni tiendas de campaña donde ir, y el sur también es peligroso’.
‘La propia noción de ‘zonas seguras’ en el sur es ridícula: las bombas caen del cielo con una previsibilidad escalofriante. Las escuelas designadas como refugios temporales quedan reducidas a escombros con regularidad. Las tiendas de campaña instaladas en terrenos baldíos no ofrecen protección alguna contra la metralla. A menudo quedan envueltas en llamas por los ataques aéreos’, ha enumerado.
‘NUNCA HABÍA VISTO ALGO ASÍ’
Durante su reciente visita al Hospital Naser de Jan Yunis, Elder se encontró con ‘niños y niñas que habían quedado paralizados, quemados o con miembros amputados tras impactos directos en tiendas de campaña’. ‘Unos días antes, en el Hospital Al Aqsa, conocí a otros muchos que habían recibido disparos de drones’, ha precisado.
‘Cuando el mundo se acostumbra y normaliza este nivel de violencia y privaciones, algo está profundamente roto. La fuerza del Derecho Internacional no reside en las palabras escritas en un papel, sino en la determinación de los países de defenderlo’, ha enfatizado, antes de destacar que en el Hospital Al Naser hay numerosas mujeres que acababan de dar a luz. ‘En seis misiones a Gaza, nunca había visto algo así’, ha afirmado.
‘Las madres primerizas y los recién nacidos vulnerables yacen en el suelo. Tres bebés prematuros comparten una única fuente de oxígeno: cada niño respira durante veinte minutos, antes de ceder el turno al siguiente. A una bebé prematura, Nada, que estuvo en cuidados intensivos durante 21 días, le dieron el alta y ahora espera fuera, tumbada en el suelo del pasillo con su madre. Nada pesa dos kilogramos, menos de la mitad de lo que debería pesar’, ha señalado.
Además, ha denunciado que ‘las mujeres están sufriendo abortos espontáneos durante el agotador viaje del norte al sur’ y que ‘los médicos temen que los virus invernales hayan llegado antes de tiempo’. ‘Los informes indican que mil bebés han muerto en los últimos dos años, y no tenemos ni idea de cuántos más han fallecido debido a enfermedades prevenibles’, ha agregado.
Por otra parte, ha alabado a los trabajadores humanitarios en primera línea, que ‘están haciendo lo imposible’. UNICEF y sus socios están proporcionando alimentos terapéuticos listos para el consumo a bebés con desnutrición y reparando canalizaciones de agua, además de entregar ayuda en efectivo, apoyo psicológico, equipos de salvamento para bebés y recogida de residuos.
‘Hasta que no se eliminen todas las restricciones a la entrada y entrega de ayuda humanitaria, la prestación de ayuda vital seguirá siendo lamentablemente insuficiente’, ha reiterado Elder, quien ha insistido en que cerca de dos años después del inicio de la ofensiva de Israel ‘la situación actual es peor’ que en cualquier otro momento. ‘Todos tenemos cierta responsabilidad en ello, pero solo hay una víctima. Ayer, hoy y, si no se toman medidas significativas, mañana. Los niños y niñas palestinos’, ha concluido.
MUERTE DE UN RECIÉN NACIDO
En las últimas horas, un bebé recién nacido ha fallecido en el Hospital Al Helu de la ciudad de Gaza, donde también han sido evacuados tres bebés prematuros hacia centros en el sur de la Franja, en una operación coordinada con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuentes médicas citadas por la agencia palestina de noticias WAFA han señalado que el bebé murió en la maternidad del hospital, sin más detalles, en medio de las alertas de las autoridades gazatíes, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), sobre el continuado colapso del sistema sanitario por los ataques de Israel.
Así, el Ejército de Israel cercó el lunes los hospitales Al Shifa y Al Helu, incluidos ataques con artillería contra la zona, a pesar de que en estas instalaciones hay decenas de heridos, enfermos y trabajadores sanitarios.
El Ejército israelí lanzó la semana pasada una ofensiva a gran escala contra la ciudad de Gaza con el objetivo de capturarla, estrechando el miércoles el cerco sobre la localidad, lo que ha ahondado la crisis humanitaria en la zona y ha provocado la huida de cientos de miles de personas hacia el sur ante los ataques israelíes y sus órdenes de evacuación.
La ofensiva israelí contra la Franja ha dejado hasta la fecha cerca de 66.300 palestinos muertos –entre ellos 455, incluidos 151 niños, por hambre y desnutrición– según las autoridades gazatíes, en medio de las críticas internacionales sobre las acciones del Ejército de Israel, especialmente en torno al bloqueo a la entrega de ayuda, que ha llevado a que el norte de Gaza haya sido declarado como zona de hambruna.