En la reciente inauguración de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjín, Xi Jinping, presidente de China, ha expresado su reprobación hacia el ‘acoso’ que, según él, ejerce la comunidad internacional. Este evento es una plataforma para que Pekín promueva sus intereses geopolíticos.
La organización, que incluye naciones como China, India, Rusia, Pakistán, Irán y Bielorrusia, tiene como objetivo establecer alianzas internacionales alternativas en un contexto de creciente tensión global.
Dirigiéndose a un grupo de líderes, incluidos el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, Xi comentó que el panorama mundial ‘se está volviendo cada vez más caótico’ y criticó el ‘comportamiento de hostigamiento y acoso de determinados países’, una alusión indirecta a Estados Unidos.
‘Los asuntos relacionados con la seguridad y el desarrollo se han vuelto cada vez más desafiantes’, declaró Xi, refiriéndose a las próximas ‘turbulencias’. ‘Tenemos que seguir el espíritu de Shanghái y reivindicar las funciones de esta organización’, subrayó, según la agencia estatal china Xinhua.
Xi anunció también un fondo de 2.000 millones de yuanes (unos 239 millones de euros) para los Estados miembro hasta 2025. ‘Tenemos que instar a lograr un mundo igualitario y ordenado, inclusivo y que apueste por un sistema de gobernanza global más equitativo’, indicó.
‘Pedimos a los socios de la organización que se opongan a la mentalidad propia de la Guerra Fría ya las confrontaciones. En vez de ello, queremos que apoyen el sistema de comercio multilateral’, concluyó Xi.
















