Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, ha reconocido que los planes de resignificación del Valle de los Cuelgamuros, recientemente aprobados por el Gobierno, podrían verse interrumpidos si el PP y Vox consiguen el poder. Ha hecho un llamamiento a futuras administraciones para que continúen con esta iniciativa, la cual considera esencial para la defensa de la democracia.
En una entrevista para ‘Hora 25’ de Cadena Ser, recogida por Europa Press, Torres expresó el compromiso del Gobierno de iniciar las obras en el Valle de Cuelgamuros antes de que finalice la actual legislatura, y se mostró resuelto a impedir que la ultraderecha anule los avances democráticos realizados.
«Podrían pararse», indicó Torres al ser consultado sobre el futuro del proyecto ante un cambio de gobierno. Subrayó la importancia de transformar dicho lugar en un símbolo educativo para las generaciones actuales y futuras, describiéndolo como un «campo de concentración, de trabajo forzado» donde perecieron numerosos republicanos.
Además, el ministro reiteró que el «mausoleo del dictador» Francisco Franco debió haber sido resignificado hace tiempo, ya que es un sitio sombrío donde descansan los restos de 33.000 personas de ambos bandos de la Guerra Civil, incluidos republicanos extraídos de fosas comunes sin conocimiento de sus familiares. «¿A quién ataca que tengamos un centro de resignificación de la democracia? (…) ¿Qué sentido tiene mantener un lugar que en vanagloria a un dictador que a golpe de sangre y de un golpe ilegal sometió a un país que involucionó, sin ninguna duda, quedándose atrás en Europa», cuestionó Torres ante la posibilidad de un retroceso por parte de futuros gobiernos.
RESIGNIFICACIÓN COMO EN MATHAUSEN
Torres destacó que el objetivo es hacer del Valle un sitio más visitado y reconocido, similar a cómo se manejan los museos de la memoria en otros países, como el campo de concentración de Mathausen. Afirmó la necesidad de reconocer y aprender de los errores del pasado, aunque mencionó que elementos como la basílica y la cruz permanecerán intactos, conforme a lo acordado con la Santa Sede.
A pesar de las concesiones, Torres manifestó que se ha logrado un avance significativo hacia un centro menos sacralizado, aunque ajustado a la realidad. «Lo que tenemos hoy es un centro tétrico que vanagloria una etapa oscura de nuestra historia, eso no lo puede permitir una democracia sana. Espero que no y que haya un poco de sentido común y de conciencia», concluyó, señalando que se permitirá el acceso a misas en el valle, pero se prohibirá cualquier apología del franquismo.











