Este miércoles, el Senado dará luz verde definitiva a una reforma promovida por el PP, que cuenta con mayoría absoluta. Esta reforma establecerá límites en los tiempos de intervención de los ministros, que hasta ahora no estaban definidos, y facilitará el recurso al Tribunal Constitucional (TC) en caso de obstrucción por parte del Congreso a las proposiciones de ley procedentes de la Cámara Alta.
La modificación del Reglamento del PP concluirá su tránsito parlamentario mañana y se anunciará oficialmente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Según información obtenida por Europa Press, la propuesta permite acudir al Constitucional ante la “demora” del Congreso en procesar las proposiciones de ley.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, había adelantado en el Senado su intención de acudir al TC debido a esta situación, aunque primero es necesario ajustar el Reglamento en este sentido. El PP ha criticado durante toda la legislatura que la coalición formada por PSOE y Sumar en la Mesa del Congreso ha bloqueado las proposiciones de ley que proceden del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta.
En respuesta, se ha redactado una nueva cláusula que indica que cuando la tramitación de una proposición de ley por el Congreso se retrase “de forma injustificada”, un grupo parlamentario podrá solicitar al Pleno del Senado que se plantee un conflicto de atribuciones, que culminaría en el Tribunal Constitucional.
UN TIEMPO TASADO
Además, los ‘populares’ han incluido una modificación sobre el límite de tiempo que pueden usar los miembros del Gobierno en sus intervenciones, estableciendo un máximo de 40 minutos en sus exposiciones iniciales y entre 15 y 10 minutos para sus réplicas.
La reforma del Reglamento también especifica que los jueces y magistrados no estarán obligados a comparecer en las comisiones de investigación.
PARA EVITAR SITUACIONES PASADAS
El PP ha añadido un artículo relativo a las votaciones de los proyectos de ley tras una controversia relacionada con una norma que benefició a presos de ETA. En ese momento, el PP rechazó el texto en el Pleno del Senado, pero no se aprobó ningún veto, aunque un informe de la letrada mayor de la Cámara Alta sugirió que debería devolverse al Congreso.
El Reglamento ahora incluirá que el Senado vetará un proyecto o proposición si, tras su consideración a petición de un Grupo parlamentario, es rechazado por mayoría absoluta de la Cámara.
La reforma también permitirá el voto telemático para aquellos senadores por designación autonómica que tengan coincidencia de plenos entre la Cámara Alta y su Asamblea regional, algo que había sido solicitado por el PSOE.
En general, esta propuesta afecta también a la tramitación de los suplicatorios, las declaraciones de actividades, bienes patrimoniales y rentas de los senadores, así como la creación de dos nuevas comisiones y la tramitación de iniciativas de control e impulso político.
Por su parte, el portavoz del PSOE en el Senado, Juan Espadas, ha criticado que esta reforma del Reglamento, impulsada únicamente por el PP, será probablemente “cuestionada” por el Tribunal Constitucional por ser “chapucera” y por no incorporar la opinión de expertos constitucionalistas.
















