El Consejo General de Enfermería (CGE) ha destacado la necesidad crucial de integrar enfermeras especializadas para ofrecer asesoramiento y atención a pacientes bajo tratamientos anticoagulantes.
Se estima que en España hay entre 800.000 y un millón de personas que requieren este tipo de medicación, la cual demanda un seguimiento riguroso y una adherencia óptima al tratamiento.
Con la llegada del Día Nacional del Paciente Anticoagulado este 18 de noviembre, el CGE ha querido resaltar la labor que se lleva a cabo tanto en Atención Primaria como en consultas hospitalarias y de urgencias para asegurar un adecuado seguimiento del tratamiento y promover un estilo de vida saludable que prevenga futuras complicaciones.
“La anticoagulación es un ámbito muy enfermero. Tal es así que en estos momentos es una de las diez guías de prescripción enfermera publicadas por el Ministerio de Sanidad, con el consenso de las profesiones sanitarias. Cuidar de estos pacientes y conseguir que tengan una buena calidad de vida y una adherencia correcta al tratamiento es fundamental tanto para ellos como para los profesionales y el sistema”, ha indicado el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.
“Además, las administraciones deben ser conscientes de que el seguimiento de una enfermera experta reduce enormemente los costes de posibles visitas a urgencias por complicaciones prevenibles con una buena educación previa”, ha afirmado Pérez Raya.
José Miguel Rivera, miembro de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC), ha subrayado que es «fundamental» contar con enfermeras expertas y bien formadas en el manejo de los anticoagulantes.
“En la mayoría de los casos van a ser los profesionales que más frecuentemente ven a los pacientes y los que primero pueden observar dificultades con el tratamiento, problemas de adherencia y complicaciones asociadas al tratamiento y a la propia patología. Además, las enfermeras tienen un rol muy importante en la educación a los pacientes y/o cuidadores sobre el manejo del tratamiento anticoagulante, así como en la monitorización y control del propio tratamiento”, ha argumentado Rivera.
MOTIVOS DE ANTICOAGULACIÓN
Los principales motivos de anticoagulación incluyen la fibrilación auricular (56%), prótesis valvular (23%) y enfermedad tromboembólica venosa (16%). Aunque es un tratamiento esencial para evitar complicaciones graves en ciertas enfermedades como el ictus asociado a la fibrilación auricular, un estilo de vida saludable puede prevenir la necesidad de anticoagulación si se actúa antes de la manifestación de la enfermedad.
“Es importante promover estilos de vida saludables, como el control de la tensión arterial, el peso, la diabetes, evitar el consumo de alcohol y tabaco y todos esos factores de riesgo que pueden llevarnos a desarrollar fibrilación auricular u otras enfermedades cardiovasculares que obligan a tomar este tratamiento”, apunta Alba Cano, también miembro de la AEEC.











