El presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), Javier García, ha declarado que “solo habría 30 muertos al año” si la anestesia fuese administrada exclusivamente por especialistas. García ha resaltado que sin estos profesionales, la cifra de fallecimientos sanos en España ascendería a 4.000 anualmente por anestesia directa.
“Si el 100 por ciento de los actos anestésicos ahora estuvieran en manos de médicos anestesiólogos, que ya os informo que no es así, solo habría 30 muertos al año. O sea que muertos por anestesia siguen existiendo. Y ya os digo que no tenemos cifras reales porque no hay un registro nacional de muertes asociadas a anestesia”, explicó García en una conferencia de prensa durante el Día Mundial de la Anestesia.
García también advirtió sobre las sedaciones realizadas por personal no especializado, y destacó los riesgos letales de los fármacos anestésicos, que pueden causar parada respiratoria inmediata si no son administrados adecuadamente. “Manejamos a diario estos cuatro fármacos que en 30 segundos paralizan todos los músculos del cuerpo. Si el paciente no respira, se muere a continuación de forma inmediata”, señaló.
ACTUALIZAR LA FORMACIÓN DE LOS ANESTESIÓLOGOS
Pilar Argente, vicepresidenta primera de SEDAR, ha enfatizado la necesidad de actualizar la formación de los médicos internos residentes para adaptarla a los avances tecnológicos y a los estándares europeos de calidad. Además, ha subrayado la importancia de la formación en habilidades no tecnológicas para los anestesiólogos, quienes deben estar preparados para liderar equipos y manejar situaciones críticas en entornos diversos.
“La visión moderna no es formar a un técnico que duerme pacientes, sino a una especialista en la fisiología de un paciente crítico y quirúrgico, además de médico. Debemos ser líderes en seguridad perioperatoria y expertos en manejos del dolor, y debemos estar preparados para adaptarnos a cualquier entorno y a la constante evolución tecnológica de la medicina”, concluyó Argente.
La falta de innovación farmacológica contrasta con la mejora en la seguridad anestésica en España, que ha pasado de un muerto por cada 100.000 actos anestésicos en 1990, a un muerto por cada 200.000 en 2020, gracias a la formación de los médicos residentes según SEDAR.