Farmaindustria ha lanzado una estrategia este lunes para fomentar la inclusión de personas con discapacidad en el entorno laboral de las empresas farmacéuticas. El plan presentado propone un conjunto de medidas enfocadas en la accesibilidad universal y la inclusión activa en los procesos de selección de personal, con el fin de asegurar que “todas las personas tengan las mismas oportunidades para desarrollar un talento y aportar valor”.
“Las organizaciones que integran distintas capacidades, experiencias y perspectivas son más innovadoras, más creativas, más resilientes, toman decisiones mejores y en un sector como el nuestro, donde la innovación es la esencia de nuestro trabajo, la diversidad es un activo imprescindible”, destacó Fina Lladós, presidenta de Farmaindustria, durante la apertura de la jornada ‘Sumando capacidades: la inclusión, una oportunidad para la industria farmacéutica’.
El decálogo, creado por un grupo de aproximadamente 30 empresas y validado por el Grupo Social ONCE, establece principios como la igualdad de oportunidades, la inclusión, diversidad, no discriminación, accesibilidad, sensibilización, participación y seguridad psicológica. Este documento urge a las empresas farmacéuticas a eliminar prejuicios y permitir que las personas con discapacidad trabajen con “libertad y autenticidad”, además de poner énfasis en la accesibilidad universal a través de la modificación de espacios físicos laborales y el uso de herramientas digitales.
El plan también resalta la importancia de fomentar una cultura organizativa inclusiva, la creación de grupos especializados en diversidad e inclusión, el compromiso de directivos y el liderazgo de activistas internos. Incluye medidas de apoyo específicas como la propagación de buenas prácticas, la elaboración de manuales y la realización de talleres para sensibilizar, además de encuestas y grupos focales para recoger ideas del personal. También enfatiza el uso de un lenguaje inclusivo, la lengua de signos y braille para materializar la igualdad y diversidad de los equipos.
En cuanto a los procesos de selección, se solicita que sean accesibles y se utilice un lenguaje inclusivo, empleando plataformas de trabajo destinadas a personas con discapacidad y evitando preguntas sesgadas para proporcionar iguales oportunidades a todos. Se promueven programas de capacitación en áreas clave, prácticas laborales inclusivas y programas de crecimiento interno para trabajadores con discapacidad.
La hoja de ruta incluye la medición de indicadores de integración y diversidad en las empresas, y alienta a compartir y promover este compromiso con terceros como gobiernos, organizaciones empresariales y sindicatos.
“La inclusión no puede quedarse en una declaración de intenciones, ha de traducirse en realidades concretas que practiquemos en nuestras organizaciones, visibles y además medibles”, subrayó Lladós, destacando el apoyo de más de una docena de organizaciones al decálogo. Lladós también mencionó un convenio marco de colaboración firmado en julio con el Grupo Social ONCE para fomentar la colaboración y desarrollar acciones en formación, investigación y sensibilización social.
Ángel Sánchez, director general de la ONCE, celebró la publicación del decálogo, resaltando la capacidad de las personas con discapacidad para contribuir activamente en la sociedad y en todos los procesos laborales, destacando la necesidad de eliminar barreras tanto físicas como mentales para fortalecer los equipos de trabajo.