La respuesta global al VIH ha experimentado su mayor contratiempo en décadas debido a los recortes en la ayuda internacional, principalmente por parte de Estados Unidos, lo que ha causado una conmoción considerable en el sistema de atención de numerosos países de ingresos bajos y medios, según ha declarado Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
“Las clínicas cerraron sin avisar, cientos de trabajadores sanitarios perdieron su trabajo o vieron reducido su salario, y los servicios de tratamiento, prueba y prevención del VIH experimentaron una disrupción amplia y continuada”, explicó Byanyima durante una rueda de prensa donde se presentó un informe de ONUSIDA en conmemoración del Día Mundial del SIDA.
En 2024, el financiamiento disponible para el VIH alcanzó los 18.700 millones de dólares, un 17% menos de lo necesario anualmente. La OCDE anticipa un descenso del 30 a 40% en la ayuda sanitaria internacional para 2025 en comparación con 2023, lo que, según ONUSIDA, resultará en una interrupción inmediata y grave de los servicios de salud en países de ingresos bajos y medios.
Byanyima informó sobre una disminución en la recepción de profilaxis preexposición (PrEP) en Uganda, Vietnam y Burundi, así como una notable reducción en la distribución de condones en Nigeria. Además, resaltó cómo los recortes afectaron a las organizaciones comunitarias que trabajan en la lucha contra el VIH y advirtió sobre la “fragilidad de los avances logrados”.
La directora de ONUSIDA también advirtió sobre el aumento de penalizaciones a las relaciones homosexuales y la expresión de género, así como ataques a los derechos de las mujeres y niñas en lugares como Kenia.
Finalmente, Byanyima celebró el compromiso de varios países en aumentar la financiación nacional para los servicios de VIH y exhortó a los líderes mundiales a reafirmar su compromiso con la lucha contra el sida, promover la financiación, defender los derechos humanos y empoderar a las comunidades para la acción.









