Iván Martínez, CEO y cofundador de RoboPedics, ha introducido Awake, un avanzado sistema biónico diseñado para facilitar la marcha a las personas que han sufrido un ictus. Este lunes, durante una rueda de prensa en ISDI coincidiendo con el Día Mundial del Ictus, Martínez destacó que ‘No se trata solo de volver a andar, sino de devolver autonomía y esperanza a quienes la perdieron’, enfatizando su utilidad específica en comparación con otros exoesqueletos que se centran en lesiones medulares.
Awake incluye una pierna robótica y un bastón que ayuda a que la pierna no afectada se mueva de manera natural, mientras asiste a la pierna comprometida, promoviendo un caminar ‘más fisiológico y seguro’. Esta tecnología, más ligera y económica que los modelos anteriores, tiene un coste de 16.000 euros y pesa seis kilogramos, facilitando tanto la compra como el uso doméstico.
RoboPedics ofrece además condiciones de financiación ‘flexibles y asequibles’, y un paquete de servicios que incluye adaptación, configuración y entrenamiento, junto con asistencia técnica y atención al cliente. La empresa también ha habilitado una sección en su sitio web para aquellos interesados en probar el dispositivo. Aunque la autonomía en el uso del dispositivo puede requerir entre diez y 20 sesiones, los pacientes generalmente empiezan a caminar desde la primera sesión, y su batería permite hasta cinco horas de uso continuo.
La comercialización de Awake está prevista para mediados de 2026, tras completar una ronda de financiación y obtener las necesarias certificaciones. ‘Tenemos un problema muy grave (…) y es que el apoyo familiar mejora en 18 puntos la calidad de vida percibida de las personas que lo tienen’, señaló Patricia Ripoll Ros, presidenta de la Fundación Visible, durante la presentación de un informe sobre el estado de los supervivientes de ictus post-hospitalización.
El informe revela que el 57% de los encuestados sintió que su rehabilitación fue insuficiente y el 74% sigue enfrentándose a secuelas, principalmente de movilidad. Ripoll también destacó la carga emocional y económica que representa el ictus, con un gasto mensual medio de 321 euros en conceptos como rehabilitación y cuidadores.
















