El doctor Jesús Porta-Etessam, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha enfatizado que el 90% de los ictus podrían prevenirse adoptando un estilo de vida cerebro-saludable y gestionando adecuadamente los factores de riesgo modificables. “Alrededor del 90 por ciento de los ictus se podrían evitar llevando a cabo hábitos de vida cerebro-saludables y controlando los factores de riesgo modificables. Por lo que está en manos de todos tratar de reducir el número de ictus que se producen cada año”, declaró durante una jornada organizada por la SEN y la Fundación Freno al Ictus.
Porta-Etessam ha alertado sobre un posible escenario donde hasta el 25% de los españoles podría sufrir un ictus en su vida, resaltando la importancia crucial de la prevención desde la juventud. En el evento, que se ha realizado en anticipación al Día Mundial del Ictus, también participó la doctora María del Mar Freijo Guerrero, quien ha incidido en el “impacto social considerable” del ictus en el país, siendo la principal causa de muerte en mujeres y de discapacidad en adultos. “Provoca cerca de 120.000 nuevos casos al año y constituye la primera causa de muerte en mujeres y la principal causa de discapacidad adquirida en adultos. Aunque la mortalidad ha disminuido en las últimas dos décadas gracias a los avances terapéuticos -como la trombólisis y la trombectomía-, el número de personas que viven con secuelas crónicas aumenta debido al envejecimiento de la población y a una mayor supervivencia tras el episodio”, explicó Freijo.
En este sentido, Freijo subrayó que factores como la hipertensón, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y el sedentarismo son cruciales: “controlar la presión arterial y el colesterol podría reducir hasta en un 47 por ciento y un 20 por ciento la incidencia del ictus”. Además, destacó la importancia de la innovación tecnológica y la adhesión a los tratamientos para combatir esta tendencia y elevar la calidad de vida de los pacientes.
La jornada también abordó la necesidad de mejorar la rehabilitación y el soporte sociosanitario para los afectados por el ictus, enfatizando que un seguimiento coordinado entre diferentes niveles de atención médica es fundamental para la recuperación y la prevención de nuevas incidencias. Purificación Enguix Bou, enfermera del Hospital La Fe de Valencia, recalcó el “papel esencial” de los enfermeros en la atención del ictus, desde la detección temprana hasta el seguimiento continuado.
Por último, el presidente de la Fundación Freno al Ictus, Julio Agredano Lozano, y la bailarina Yolanda Torosio compartieron cómo la colaboración entre diversos actores es vital para dar una “respuesta real” a las secuelas del ictus y mejorar la inclusión social de los afectados.















