La Policía Nacional de República Dominicana ha arrestado a Miguel Ángel Wilson, de 32 años, quien fue sentenciado por agredir sexualmente y filmar a una joven en la ciudad de Vigo, tras evadir la justicia española y huir del país.
La Audiencia Provincial de Pontevedra, ubicada en Vigo, había impuesto a Wilson una pena de 11 años y seis meses de prisión por los delitos de agresión sexual y descubrimiento y revelación de secretos. Tras su fuga, se emitió una orden internacional para su detención y extradición.
El arresto se efectuó mientras el acusado viajaba en un vehículo en el sector Restauración de San Pedro de Macorís, en República Dominicana. Posteriormente, “El detenido, junto a las evidencias ocupadas, fue trasladado a la sede de Interpol en Santo Domingo, para ser presentado ante el Ministerio Público y continuar con el proceso judicial correspondiente”, informó la Policía Nacional dominicana a través de sus redes sociales.
SENTENCIA
Previamente, en mayo, la Audiencia había condenado a dos hombres a penas de entre 9 y 11 años y medio de cárcel por violar y grabar a una joven en un apartamento en el barrio de Travesía de Vigo.
Además de las penas de cárcel, se estableció que ambos tendrían prohibido acercarse a la víctima a menos de 200 metros y comunicarse con ella durante 18 años, con libertad vigilada por 5 años y una inhabilitación especial para cualquier actividad relacionada con menores durante 14 años. También deben pagar una indemnización de 17.000 euros a la víctima, descontando los 7.500 euros ya consignados. El responsable de la grabación deberá abonar además una multa de más de 2.500 euros.
HECHOS
Según la sentencia, los hechos se desencadenaron en septiembre de 2022, cuando la víctima y los condenados se encontraron en un local de Arenal y decidieron ir al domicilio de un amigo donde ocurrieron los abusos. La joven accedió a mantener relaciones consentidas con uno de ellos, pero luego fue agredida por ambos, mientras uno de ellos registraba el acto en vídeo. A pesar de las súplicas de la víctima para que se detuvieran, no lo hicieron. El tribunal valoró especialmente el testimonio de la víctima y la huella psíquica de la agresión evidenciada por tres peritos.










