El sector conservador del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), junto con Carlos Hugo Preciado y con el respaldo de Isabel Perelló, presidenta del CGPJ y del Tribunal Supremo, ha logrado imponer su plan para la reestructuración de las comisiones dentro del organismo, asegurando el control de la Comisión Permanente, un órgano vital que ahora permanece bajo influencia conservadora.
La votación culminó con 12 votos a favor – diez de ellos provenientes de los vocales conservadores, sumados a los de Preciado y Perelló – frente a nueve votos desfavorables del bloque progresista, según han informado fuentes del órgano de gobierno judicial a Europa Press.
Los bloques conservador y progresista, que teóricamente cuentan con diez vocales cada uno y a los que se une Perelló, habían acordado que con la renovación anual de las comisiones se mantendría un equilibrio de poder. Sin embargo, la presidencia de cada comisión recaería en el bloque opuesto al que tuviera mayoría.
Hasta la fecha, la Comisión Permanente estaba formada por tres vocales progresistas – Preciado, Esther Erice y Bernardo Fernández – y cuatro conservadores – Alejandro Abascal, Eduardo Martínez Mediavilla, Pilar Jiménez e Isabel Revuelta – presididos por Perelló.
Después de casi un mes de negociaciones para la renovación de las comisiones, el Pleno que debía resolver el acuerdo se suspendió y tuvo que ser retomado. Según las mismas fuentes, Preciado se había convertido en el principal problema, siendo considerado por los progresistas ya no como uno de los suyos sino como un independiente, mientras que los conservadores aún lo veían dentro de su cuota.
El acuerdo finalmente aprobado permite que Preciado y Fernández continúen en la Comisión Permanente, junto a Argelia Queralt en lugar de Erice. Por el lado conservador, se mantienen Abascal, Martínez Mediavilla y Revuelta, y Carlos Orga reemplaza a Jiménez. Esto configura un nuevo equilibrio con Preciado, dos progresistas y cuatro conservadores, además de la presidenta Perelló.