Después de reunir a la Comisión Ejecutiva del Partido Socialista, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se enfrenta a una ronda de contactos con sus socios parlamentarios para tomar la asegurarse la mayoría de investidura y tomar la temperatura de la situación política. Cuando todavía no se conocía el contenido del informe de la Guardia Civil, los aliados del Ejecutivo se mostraban prudentes y confiados. Una vez se supo que la UCO situaba al secretario de Organización del PSOE en el epicentro de una trama de corrupción, las relaciones saltaron por los aires. Todos los grupos coinciden en lo mismo; faltan explicaciones.
Esa ronda del presidente comienza por su socio en la mesa del Consejo de Ministros. Sánchez arranca las reuniones con una reunión en la Moncloa con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El día que se hizo público el informe, Díaz solicitó este encuentro entre el ala socialista y Sumar para «repensar» su relación. Desde la formación de la gallega sostienen que la solución pasa por darle un impulso «social» a la legislatura para que «el gobierno valga la pena a la gente».
Son repetidas las voces que desde el partido minoritario del Gobierno piden reformar la ley de obras públicas y acabar con los aforamientos de los políticos. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, fue el primero que abrió esta puerta al considerar que «las relaciones de confianza dentro del Gobierno» estaban «rotas».
Los grupos
Será después de sentarse con Díaz, y a lo largo de la semana, cuando el presidente se dé cita con el resto de grupos parlamentarios que le apoyaron en su investidura. En el fin de semana, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, se puso en contacto con los representantes parlamentarios para concretar la voluntad del presidente.
Esquerra Republicana de Cataluña ya ha adelantado que acudirán a escuchar a Sánchez pero, le han solicitado que sea sin cámaras para evitar el desgaste en un momento complicado para los socialistas. Por su parte, Junts solicitó citarse con el presidente, a las pocas horas de conocer el contenido del informe, «para estudiar la viabilidad de agotar la legislatura». La situación del partido de Puigdemont se agrava puesto que, hasta ahora, su principal enlace con los socialistas era el propio Santos Cerdán.
Sin duda, el que más duro se ha mostrado con el Gobierno ha sido quien fuera su compañero de viaje en la legislatura pasada. Podemos ha confirmado que no acudirán a esa reunión porque creen que eso supondría «blanquear» a un partido corrupto.
Al otro lado del banco de los socios, PNV y EH-Bildu se muestran prudentes antes de dar nuevos pasos. El propio líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, ha agradecido al PNV, con quién comparte Gobierno en esa autonomía, «su lealtad» al mantener el apoyo a Sánchez.
Peticiones de explicaciones
Durante su comparecencia desde la sede de los socialistas en Ferraz, Sánchez ya adelantó que comparecería «a petición propia» ante el Pleno del Congreso de los Diputados para rendir cuentas sobre la presunta trama de corrupción que podría afectar a miembros de su partido.
Sin embargo, este anuncio no ha resultado sorpresa. Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Bloque Nacionalista Gallego habían registrado una petición formal para que Sánchez acudiese al parlamento para responder ante las presuntas mordidas gestionadas por Santos Cerdán, provenientes de empresas que habrían recibido contratos del Ministerio de Transportes.
Sesión de control
Al cancelarse la cumbre de Nueva York a causa de la guerra entre Israel e Irán, el presidente podrá acudir a la sesión de control de esta semana. La última hasta la vuelta de vacaciones. Ahí responderá a las preguntas del líder popular, Alberto Núñez Feijóo; del presidente de Vox, Santiago Ábascal; y del portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Este último ha reformulado su pregunta en las últimas horas. «¿Qué va a hacer?», le cuestionará el catalán.
Así mismo, todavía no hay fecha para la comparecencia anunciada por Sánchez. Eso sí, ha afirmado que será en «la primera fecha que sea posible». La Mesa de la Cámara Baja debería en su reunión de esta semana calificar la propuesta para, después, elevarla a la Junta de Portavoces. La agenda internacional del presidente imposibilita que esa comparecencia se produzca la próxima semana. De hecho, fuentes parlamentarias del PSOE ya confirmaron que será en julio cuando Sánchez acuda a la Cámara a informar del Consejo Europeo de finales de este mes y que ahí se podrían acumular otros temas por los que la oposición le pide explicaciones.
La agenda de Yolanda
La vicepresidenta segunda ha podido tantear por su propia mano la temperatura de la legislatura. En paralelo al presidente, y durante la mañana del lunes, Díaz tenía agendadas reuniones con Podemos, BNG y Coalición Canaria para abordar la reducción de la jornada laboral que prepara el Ministerio de Trabajo.


















