“Quisiera empezar mi intervención de esta tarde agradeciendo, en primer lugar, al Diputado señor De la Fuente la generosidad que ha tenido con esta Cámara de compartir con nosotros sus preocupaciones en el trasvase del Tajo-Segura”. El agradecimiento lo expresaba Joaquín Garrigues Walker, ministro de Obras Públicas e iba para Linicio de la Fuente y de la Fuente, diputado de Alianza Popular.
Si no fuese por los breves datos de contexto, estas palabras podrían haberse interpretado como pronunciadas en el Congreso en las últimas semanas. Pero se verbalizaron en enero de 1978 y no de 2023.
En 1978, de la Fuente, diputado por Toledo, fue el encargado de defender una interpelación sobre el trasvase en nombre de Alianza Popular. Su principal exigencia fue reclamar las obras prometidas a su provincia en el plan definitivo.
En la réplica a ese primer turno, el ministro Garrigues Walker le señaló que hubiera sido más fácil encontrar una respuesta a sus cuestiones “preguntando simplemente, al Diputado que se sienta a su derecha”. Al lado de de la Fuente se encontraba Gonzalo Fernández de la Mora, diputado de Alianza Popular, ministro de Obras Públicas en 1971 cuando comenzaron las obras.
Una respuesta que provocó unas tímidas risas que en el archivo sonoro del Congreso suenan lejanas, pero que si recoge entre paréntesis el Diario de Sesiones. No por falta de ingenio en la respuesta del ministro, sino por la gran ausencia de diputados en sus escaños aquella tarde. Excusado quedaba Adolfo Suárez aquejado de una gripe.
El diálogo entre Garrigues Walker y de la Fuente derivó en un triángulo. Por alusiones, Fernández de la Mora pidió la palabra.
Se le concedieron diez minutos, que rebasó levemente. El diputado conservador aprovechó la ocasión para desviar la atención sobre él “la alusión personal me parece inadecuada en general, porque yo creo que a esta Cámara no le interesan las personas ni los protagonistas, sino que le interesan las cosas, y muy singularmente tratándose de las obras públicas”.
De la Mora cerró su intervención expresando el gran orgullo que para él había supuesto que se subastarán las obras del trasvase durante su gestión ministerial.
“Ese orgullo me ha dejado a mí sin presupuesto”, replicó Garrigues. En esta ocasión las risas sonaron más fuerte.
Resulta pertinente señalar, que paralelamente al partido relativo a la cuestión fluvial, se jugaba otro en el Bernabéu. Que probablemente atrajo más miradas que el disputado en el hemiciclo. El periodista Víctor Márquez Reviriego apuntó en su crónica de la jornada: “al parecer, muchos señores diputados, dado lo expletivo de su presencia, realizaron el trasvase Congreso-Bernabéu y se fueron al partido España-Italia”. Cabe añadir dos apuntes. El encuentro deportivo se trataba de un amistoso y el Pleno no incluía en el orden del día ninguna votación. Solo intervenciones y preguntas.
Se desconoce si el partido ya había acabado cuando Garrigues Walker hizo esa afirmación y el aforo del hemiciclo había crecido. O si este último intercambio dialéctico de guante blanco hizo más gracia a su señoría que los anteriores.