La tramitación exprés de los nuevos impuestos a banca y energéticas en el Congreso celebrará este jueves un nuevo asalto. Dos días después de su ponencia (puerta cerrada), la iniciativa se someterá a examen en la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital y así poder ser aprobada por el Pleno del Congreso la próxima semana.
En estas fases, la oposición podrá al menos defender sus propuestas para intentar modificar los nuevos gravámenes, ya que el Gobierno ha remitido a la Cámara Baja un escrito, al que ha tenido acceso Demócrata, para levantar los vetos impuestos a 42 enmiendas del PP, Vox, Ciudadanos, PNV, PDeCAT y Coalición Canaria.
El Ejecutivo había hecho valer la capacidad que el otorga la Constitución para vetar cualquier iniciativa legislativa que suponga una minoración de ingresos o aumento de gasto. Sin embargo, en una iniciativa de carácter fiscal, esta prerrogativa acaba con cualquier posibilidad de limitar el alcance de los tributos que proponga el Gobierno.
Exenciones y fórmulas alternativas
Con sus enmiendas, los grupos de la oposición habían planteado cambios que, alega el Ejecutivo, recortaría la recaudación de los tributos. El PNV, por ejemplo, plantea dejar fuera del cómputo los ingresos de las empresas de sectores energéticos regulados, mientras que el PDeCAT propone una batería de exenciones a ambos gravámenes.
También habían sido excluidas las propuestas de PP, Cs y PNV para gravar sobre beneficios y no sobre la facturación de las empresas, siguiendo la línea del acuerdo alcanzado en la Unión Europea.
Reseñable es el esfuerzo del PDeCAT, que anticipándose a esta maniobra, registró una enmienda con una disposición para modificar un artículo tercero que no existía en ese momento.
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Pese a que estas enmiendas han sido rescatadas para las votaciones en Comisión y Pleno, es previsible que PSOE y Unidas Podemos las rechacen junto a ERC y Bildu. Lejos de querer limitar el alcance de los nuevos gravámenes, los socios del Gobierno quieren que los nuevos impuestos sean permanentes, y no temporales.
Malestar en la oposición por los tiempos y las formas
Más allá de la utilización de los vetos, los grupos expresaron su indignación en la reunión del martes por que los vetos llegaran poco antes de iniciar la ponencia, limitando en gran medida su capacidad ante esta norma.
Este malestar se suma al provocado por los tiempos que han marcado PSOE y Unidas Podemos para tramitar la iniciativa. Los grupos del Gobierno rechazaron abrir un turno de comparecencias, así como las solicitudes del PP para pedir un informe preceptivo del Consejo de Estado, del Banco de España o de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Los acelerados tiempos y el uso de los vetos no son las únicas críticas entre la oposición. También que los grupos del Gobierno hayan recurrido a una enmienda para impulsar la creación del nuevo impuesto sobre grandes fortunas.
¿Enmendar lo que no existe? PDeCAT lo consigue
Esta fórmula deja sin margen de maniobra al resto de grupos, que no pueden proponer cambios durante la tramitación. De hecho, el nuevo impuesto ya se ha incorporado en el articulado de la proposición de ley en los términos exactos que habían planteado PSOE y Unidas Podemos.
Reseñable es el esfuerzo del PDeCAT, que anticipándose a esta maniobra, registró una enmienda con una disposición para modificar un artículo tercero que no existía en ese momento. Todo ello con el fin de plantear una batería de exenciones a este impuesto y dejar fuera de su tributación patrimonio histórico, obras de arte cedidas o de los propios artistas, la propiedad de empresas ajenas al patrimonio mobiliario o inmobiliario, planes de pensiones, seguros de dependencia o derechos de propiedad industrial, entre otros.