El entorno familiar del teniente coronel Antonio Tejero ha desmentido la muerte del autor de la intentona golpista del 23-F, que se había dado por cierta, si bien confirma que ha recibido la extremaunción y que su estado de salud es muy delicado, permaneciendo ingresado, grave, en un hospital de Valencia. Tejero llevaba años retirado de la vida pública. En 1981 su entrada en el Congreso, pistola en mano, puso en jaque a la joven democracia española que echaba a andar. Por aquel hecho, fue condenado por rebelión militar y pasó 15 años en prisión.
«¡Quieto todo el mundo!»
«Sonando ráfagas de metralleta, queda interrumpida la sesión». Así concluye el Diario de Sesiones del 23 de febrero de 1981. El Pleno tenía previsto investir a Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del Gobierno. La entrada de Tejero acompañado de un grupo de guardia civiles pistola en mano lo impidió.
Cuarente y ocho horas antes, el sustituto del dimitido Adolfo Suárez no había alcanzado la mayoría absoluta exigida en primer vuelta y la votación había quedado emplazada. Para entonces las cuentas sí salían: a los votos de los diputados de la UCD, Calvo-Sotelo iba a sumar la abstención de Alianza Popular.
Sin embargo, con la irrupción de Tejero en el hemiciclo, a las 18:20 de la tarde, quedaron retenidas en la Carrera de San Jerónimo cientos de personas. Entre ellas, los diputados, el Gobierno saliente y un grupo de senadores. La tediosa votación nominal de la investidura se estaba retransmitiendo por la radio y ese fue el único medio a través del cual se pudo ser testigo directo del sonido de las balas. Todo el poder ejecutivo y gran parte del legislativo quedaron sometidos durante las siguientes 17 horas, con el consecuente e incierto vacío de poder.
Episodio por dilucidar
El 23-F sigue siendo uno de los capítulos de la democracia española que más incógnitas levanta y, aunque han pasado ya 44 años, sigue estando muy presente en el debate parlamentario. El motivo más recurrente: la no desclasificación de todo el material documental sobre el 23F.
Intentona previa
Antes del 23-F, Tejero participó en la denominada ‘Operación Galaxia’, otra intentona golpista gestada en 1978 por un grupo de militares que consistía en asaltar al Gobierno durante una reunión en el Palacio de la Moncloa, aprovechando que el Rey se encontraba fuera de España de viaje oficial a México. El complot fue desarticulado antes de su ejecución y el teniente coronel fue juzgado y condenado a siete meses de cárcel, lo que no le impidió continuar su carrera en el Instituto Armado hasta el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Apariciones públicas
Desde que fue puesto en libertad sus señales de vida pública han sido escasas, aunque notorias. En 2006 publicó una carta al director del ‘Melilla Hoy’ asegurado que el Estatut catalán «mataría» a España; en 2012 denunció al entonces presidente de Cataluña, Artur Mas, por «conspiración y proposición para la sedición»; y en 2023 denunció al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por «traición a España» por negociar su investidura con independentistas catalanes y «asesinos de ETA».
Tejero fue visto por última vez el 24 de octubre de 2019, cuando acudió al cementerio de El Pardo-Mingorrubio (Madrid) para la reinhumación del dictador Francisco Franco tras ser exhumado del Valle de los Caídos. Fue recibido por los partidarios de Franco entre gritos de «Viva Tejero», «Arriba España» o «Gracias por todo, Antonio».