La intensa tormenta solar que alcanzó la Tierra entre el martes y el miércoles no ha provocado ninguna incidencia reseñable en España, según confirmaron fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Pese a tratarse del episodio de clima espacial más fuerte de los últimos años, su impacto en el territorio español ha sido «leve» y sin efectos relevantes sobre infraestructuras críticas.
Efectos limitados por la ubicación de España
El Departamento que dirige Diana Morant ya anticipaba que el país se vería afectado de forma moderada. España, situada en latitudes medias y lejos de las regiones polares —las más vulnerables a estas tormentas geomagnéticas—, no estaba entre los territorios con mayor riesgo de exposición.
Aunque el Ministerio avisó de posibles alteraciones puntuales en sistemas de navegación por satélite y ligeras perturbaciones en comunicaciones por radio de onda corta o alta frecuencia, las redes habituales de telefonía móvil, internet o radio FM funcionaron sin afectaciones perceptibles.
Monitorización de la Agencia Espacial Española
España, a través de la Agencia Espacial Española (AEE) y en coordinación con la Agencia Espacial Europea (ESA), hizo un seguimiento continuo de la evolución de la tormenta para anticipar cualquier riesgo. El Ministerio subraya que reforzar la capacidad de vigilancia del clima espacial será clave en un ciclo solar “cada vez más activo”, donde la alerta temprana permite proteger infraestructuras críticas y reducir riesgos tecnológicos.
Una tormenta solar de intensidad inusual
El episodio comenzó esta mañana la mañana con una fulguración solar de clase X5.1 —una de las más potentes de los últimos años— acompañada de una eyección de masa coronal (CME). Esta gran nube de plasma impactó contra la magnetosfera terrestre junto a otras dos CME previas emitidas los días 7 y 9 de noviembre, que también alcanzaron el planeta el día 11.
Los efectos indirectos incluyeron cortes temporales en las comunicaciones de radio de alta frecuencia en zonas iluminadas de la Tierra, con alteraciones detectadas especialmente en África. La fulguración también generó una intensa tormenta de radiación que continúa activa: aunque estas partículas no representan un riesgo para la población en superficie, sí pueden afectar a satélites y sistemas electrónicos en órbita.
Sin consecuencias para la población ni los sistemas tecnológicos
Pese a la magnitud del fenómeno, el Gobierno insiste en que no se han registrado daños ni incidencias en España. Los sistemas críticos del país funcionaron con normalidad y no se prevén consecuencias posteriores derivadas del episodio.











