Intel, el gigante estadounidense de la tecnología, concluyó el tercer trimestre de 2025 con un beneficio neto de 4.063 millones de dólares (3.497 millones de euros), una notable recuperación comparado con las pérdidas de 16.639 millones de dólares (14.323 millones de euros) del mismo período del año anterior.
Los ingresos de la compañía se incrementaron un 2,8%, alcanzando los 13.653 millones de dólares (11.753 millones de euros). Intel logró reducir sus gastos totales en producción, investigación y desarrollo, y otras áreas administrativas a 12.970 millones de dólares (11.165 millones de euros), lo que representa una disminución del 41,9% gracias a una eficaz contención de costes y la casi desaparición de las amortizaciones.
«Nuestros resultados del tercer trimestre reflejan una mejora en la ejecución y un progreso constante en nuestras prioridades estratégicas. La IA está acelerando la demanda de computación y creando oportunidades atractivas en toda nuestra cartera», declaró Lip-Bu Tan, presidente y consejero delegado de Intel.
«Este trimestre hemos tomado medidas de calado para fortalecer nuestro balance, incluida la financiación del Gobierno de los Estados Unidos y las inversiones de Nvidia y SoftBank, que aumentan nuestra flexibilidad operativa y demuestran el papel fundamental que desempeñamos en el sector», explicó David Zinsner, director financiero de Intel.
PLAN DE REORGANIZACIÓN
Lip-Bu Tan, que tomó las riendas como CEO el 18 de marzo, anunció en abril una reestructuración que incluye ajustes en el tamaño de la plantilla y una optimización del organigrama para mejorar la competitividad de la empresa.
Intel ha rebajado su previsión de gastos operativos para 2025 a 17.000 millones de dólares (14.634 millones de euros), desde los 17.500 millones de dólares (15.064 millones de euros) previos, y espera reducirlos aún más en 2026 hasta los 16.000 millones de dólares (13.773 millones de euros).
Los gastos de capital bruto (capex) de 2025 han sido ajustados a 18.000 millones de dólares (15.495 millones de euros), frente a los 20.000 millones de dólares (17.216 millones de euros) estimados anteriormente. Además, se tomarán medidas para eliminar reuniones innecesarias y se aumentará la política de presencialidad de los empleados de tres a cuatro días por semana a partir del 1 de septiembre.














