Desde California, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha expresado su preocupación por las prácticas laborales de Amazon y la evasión fiscal de las grandes corporaciones tecnológicas de Estados Unidos en España.
“Lo que le estoy diciendo a Amazon es que no se puede trabajar 120 horas a la semana. Lo que le digo a Amazon es que no puede tener sistemas de control biométrico cuyos datos se utilicen en contra de los trabajadores”, declaró Díaz en un panel sobre el futuro del trabajo en la Universidad de California.
Además, Díaz ha señalado a otras empresas como Uber, criticando la falta de seguros para sus trabajadores y la competencia desleal que representan para el sector del taxi. A raíz de un ERE anunciado por Amazon que afectaría a 1.200 empleados en España, la ministra ha reiterado el compromiso de su departamento para supervisar el uso de algoritmos en el entorno laboral.
“Se llamen Uber, se llamen Cabify, se llamen Amazon, se llamen como se llamen. Vamos a vigilar el uso que estas empresas tienen sobre las y los trabajadores”, enfatizó durante una sesión en el Congreso de los Diputados.
En su crítica, Díaz también ha cuestionado la lealtad de Amazon con las empresas locales, subrayando la disparidad en el cumplimiento de las obligaciones fiscales y laborales entre las compañías que operan en España y otras regiones como Alemania. “¿Por qué no pagan impuestos las grandes tecnológicas norteamericanas en mi país? Yo soy española. Y no me extraña el cabreo, lo voy a decir así, que tienen las empresas españolas”, destacó.
La ministra ha defendido la necesidad de un diálogo constructivo entre sindicatos y empresas, proponiendo un nuevo contrato social adaptado a la era digital. También ha advertido sobre los desafíos impuestos por la administración Trump y la presión de las grandes tecnológicas en el ámbito legislativo europeo y global, enfatizando la victoria en la OIT sobre la regulación de las plataformas digitales a pesar de estas presiones.
Finalmente, Díaz ha subrayado la importancia de enfrentar el impacto ecológico de la generación de datos y de utilizar la Inteligencia Artificial de manera ética y al servicio de la ciudadanía, refutando la idea de que los algoritmos definan la naturaleza de la relación laboral y destacando la posición legal de los trabajadores en los tribunales globales.











