Dina Boluarte cae tras perder el apoyo del Congreso y de sus aliados
El Congreso de Perú votó este viernes la destitución de la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, poniendo fin a un mandato marcado por la inestabilidad, las denuncias de corrupción y la crisis de violencia que atraviesa el país.
La moción fue aprobada por 122 votos a favor de los 130 congresistas presentes, muy por encima de los 87 votos necesarios, según informa la agencia Efe.
La sesión, convocada de urgencia durante la noche del jueves, se celebró sin la presencia de Boluarte, quien fue citada a comparecer pero no acudió al hemiciclo. Su ausencia permitió a los legisladores avanzar con un proceso de destitución acelerado y sin defensa formal por parte de la mandataria.
Un final abrupto a menos de seis meses de las elecciones
La salida de Boluarte se produce seis meses antes de las elecciones generales previstas en Perú, que debían celebrarse a mediados de 2026, y abre un nuevo vacío de poder en el país andino.
En un contexto de grave inseguridad ciudadana y avance del crimen organizado, el Congreso argumentó que el Gobierno había mostrado una “incapacidad total para garantizar el orden interno y la gobernabilidad”.
La destitución recibió el apoyo incluso de fuerzas conservadoras que hasta ahora la respaldaban, como Fuerza Popular y Renovación Popular, que justificaron su voto en la “pérdida total de confianza” en la presidenta.
Una de las líderes más impopulares del mundo
Boluarte, que asumió la Presidencia en diciembre de 2022 tras la destitución del izquierdista Pedro Castillo, cierra su mandato con los niveles de popularidad más bajos registrados en América Latina según encuestas recientes de Ipsos y Latinobarómetro.
Durante sus casi tres años en el poder, enfrentó protestas masivas, acusaciones de represión con más de 70 muertos en manifestaciones, y varios escándalos de corrupción que deterioraron su imagen.
Entre ellos, destacó el caso de los relojes Rolex de lujo, revelado en abril de 2024, por el que fue investigada por enriquecimiento ilícito y omisión de bienes patrimoniales, aunque logró sobrevivir políticamente gracias al respaldo del Congreso, que entonces bloqueó su destitución.
“Incapacidad moral”: una figura clave en la política peruana
La destitución por “incapacidad moral permanente” se ha convertido en una herramienta recurrente del Congreso peruano para forzar la salida de presidentes, utilizada ya contra Pedro Pablo Kuczynski (2018) y Martín Vizcarra (2020).
Esta figura, de interpretación ambigua, permite destituir a un jefe de Estado sin necesidad de demostrar delitos concretos, bajo el argumento de “pérdida de integridad ética o moral”.
El Congreso justificó su decisión alegando que Boluarte “había perdido la capacidad de liderar el país” y que su administración “carecía de transparencia, eficacia y legitimidad”.
Un país sumido en la inseguridad y la desconfianza
El Perú vive una ola de violencia sin precedentes, con récords en homicidios, extorsiones y presencia del crimen organizado en regiones como Trujillo y Lima.
A ello se suma una crisis institucional crónica, con seis presidentes en apenas siete años y una desconfianza generalizada hacia todas las instituciones del Estado.
La destitución de Boluarte agrava aún más la inestabilidad política, en un momento en que la economía peruana crece por debajo del 1% y la inseguridad se ha convertido en la principal preocupación ciudadana.
Próximos pasos: gobierno provisional y elecciones anticipadas
Tras la destitución, el presidente del Congreso, José Williams, asumirá el cargo de manera interina hasta que se convoquen elecciones generales anticipadas, algo que podría ocurrir en un plazo de 90 días, según el calendario constitucional.
La OEA y Naciones Unidas han llamado a la calma y pedido al Congreso que garantice una transición democrática ordenada, mientras varios países latinoamericanos observan con preocupación el nuevo episodio de crisis política en Perú.