El gobierno de Estados Unidos ha reiterado este domingo su «apoyo» hacia los ciudadanos de Birmania, poniendo especial énfasis en los rohingyas, al cumplirse ocho años desde que fueron forzados a desplazarse masivamente desde el estado de Rajine. Esta situación se desató debido a los enfrentamientos entre el Ejército birmano y el Ejército de Arakán, provocando que aproximadamente un millón de integrantes de esta comunidad musulmana se desplazaran hacia Bangladesh.
«Estados Unidos expresa su apoyo al pueblo de Birmania, incluidos los rohingya y otros grupos étnicos que han sido víctimas de violencia y desplazamiento», comunicó el Departamento de Estado, aprovechando la ocasión para felicitar al Gobierno de Bangladesh y a otras naciones de la región por «brindar refugio a los rohingya desplazados».
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha advertido sobre el deterioro de las condiciones de vida de los rohingyas tanto «dentro y fuera» de Birmania. Guterres ha subrayado la importancia de proteger a los civiles de acuerdo con el Derecho Internacional.
«Los rohingya y otros civiles se ven atrapados en el fuego cruzado entre el Ejército de Birmania y el Ejército de Arakán y son objeto de reclutamiento forzoso, violaciones de derechos humanos y otros abusos», señaló, agregando que la «falta de solidaridad internacional» y los recortes en financiación están afectando severamente servicios cruciales como la educación, la asistencia alimentaria y sanitaria, las oportunidades de subsistencia y los servicios de protección.
Finalmente, se espera que la Conferencia de Alto Nivel sobre los rohingya y otras minorías, que se celebrará el próximo 30 de septiembre en Nueva York, pueda «atraer de nuevo la atención internacional sobre la urgencia de encontrar soluciones duraderas» que permitan el cese de la violencia y el retorno «voluntario, seguro, digno y sostenible de la población rohingya» a Birmania.
















