El sur de Filipinas fue azotado este viernes por un terremoto de magnitud 7,4 en la escala de Richter, con el epicentro localizado en el océano al este de Mindanao, dejando al menos una víctima mortal, confirmaron las autoridades. Además, se activaron alertas de tsunami que posteriormente fueron canceladas.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs) indicó en su sitio web que el epicentro se hallaba a 43 kilómetros al este de Manay, mientras que el hipocentro estaba a aproximadamente 23 kilómetros de profundidad. Tras el evento principal, se han registrado numerosas réplicas, algunas superiores a magnitud 5.
Phivolcs emitió un aviso de evacuación inmediata para las comunidades costeras a través de su cuenta de Facebook, alertando sobre un “peligroso tsunami en las playas” con olas que podrían superar el metro de altura en varias áreas del sur del país. No obstante, un comunicado posterior anuló la alerta y confirmó que “los efectos debidos a la alerta de tsunami han pasado en su mayoría y, por ello, se cancelan todos los avisos”, referenciando a varias comunidades afectadas.
La Guardia Costera de Mindanao, tras las advertencias de Phivolcs, suspendió el tráfico marítimo en la región hasta nuevo aviso como precaución y recomendó a residentes y turistas evitar las zonas costeras y actividades marinas. Por su parte, Ednar Dayanghirang, director de la Oficina de Defensa Civil de Dávao Oriental, confirmó la muerte de una persona en Calapagan debido al colapso de un edificio, sin reportarse más fallecidos hasta el momento.
Este evento sísmico ocurre apenas una semana después de otro terremoto que causó cerca de 75 muertes en el país. Filipinas, situada en el Anillo de Fuego del Pacífico, es una de las regiones más propensas a actividad sísmica y volcánica debido a la constante fricción entre varias placas tectónicas.