El Ejecutivo iraquí ha expresado su preocupación este jueves al señalar un intento de “desestabilización” después de un asalto con drones acaecido el día anterior al campo gasístico de Jor Mor, ubicado en Suleimaniya, en la región kurda del norte del país, sin que hasta el momento ningún grupo armado haya asumido la responsabilidad del atentado.
“En un momento en que Irak avanza hacia la estabilidad y asume el papel que le corresponde en el escenario regional e internacional, grupos terroristas intentan desestabilizar el país con un cobarde ataque contra el yacimiento petrolífero de Jor Mor”, comunicó la oficina del primer ministro interino de Irak, Mohamed Shia al Sudani.
Su vocero, Sabá al Numan, indicó que el jefe de Gobierno iraquí convocó una reunión de urgencia «para abordar las repercusiones de este acto cobarde» y ha instruido la creación de un comité de investigación de alto nivel que contará con el respaldo de la Coalición Internacional contra Estado Islámico, encabezada por Estados Unidos.
También se ha establecido un comité técnico para esclarecer los detalles del ataque, identificar a los responsables y a sus colaboradores, con el objetivo de hacerles responder ante la ley, según un anuncio difundido por la oficina de Al Sudani en su perfil de la red social X.
Por otro lado, el primer ministro del Kurdistán iraquí, Masrur Barzani, condenó firmemente el ataque y solicitó al Gobierno central que «encuentre a los responsables y los lleve ante la justicia». “No se debe permitir que los terroristas o quienes estén detrás de los atentados de esta noche repitan estos crímenes”, declaró tras el incidente.
Además, hizo un llamamiento a «socios estadounidenses e internacionales para que proporcionen el equipo de defensa necesario para proteger» su infraestructura civil y para que les «apoyen en la adopción de medidas serias para prevenir estos ataques».
El ataque –el primero de este tipo en los últimos meses– se registró a las 23.30 horas (hora local) y causó «importantes daños materiales», lo que obligó al yacimiento a suspender las exportaciones de gas a las centrales eléctricas de la región.
En ocasiones anteriores, las autoridades kurdas han acusado a milicias proiraníes de estos ataques y han criticado al Gobierno central por su inacción, señalando directamente a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) –una coalición de milicias proiraníes ahora integradas en las fuerzas de seguridad– de estar detrás de estos incidentes.
En respuesta, Bagdad ha rechazado estas acusaciones, calificándolas de «inaceptables», mientras que las FMP negaron estar involucradas en estos ataques y atribuyeron la responsabilidad a Estado Islámico, aunque hasta ahora no se ha confirmado la autoría de estos ataques que no han dejado víctimas mortales.











