El Gobierno iraní ha expresado su repudio hacia las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a 115 individuos, empresas y barcos relacionados con su industria petrolera, describiéndolas como ‘ilegales’ y evidencia de ‘su excesiva indiferencia hacia el respeto a la ley’. Estas medidas, las más severas en los últimos siete años contra Teherán, fueron anunciadas el miércoles pasado.
Desde el Ministerio de Exteriores de Irán, se ha hecho un llamado a la administración de Donald Trump para que ‘responder por las violaciones flagrantes de los Derechos Humanos derivadas de estas sanciones ilegales y dar una respuesta’.
Esmaeil Baqaei, portavoz de la diplomacia iraní, destacó en un comunicado a través de su canal de Telegram que estas sanciones representan ‘una clara muestra de la hostilidad de los estadounidenses hacia los iraníes’. Baqaei hizo referencia a los recientes ataques de Estados Unidos en territorio israelí, que siguieron a una serie de acciones iniciadas por el Ejército israelí.
Además, Baqaei criticó la postura del Tesoro estadounidense que, según él, ‘ha confirmado (su) confianza en los instrumentos ilegales y coercitivos para promover sus objetivos ilegítimos a nivel internacional y su excesiva indiferencia hacia el respeto a la ley y (…) a la soberanía de los Estados y la libertad del comercio internacional’.
El portavoz también denunció los intentos de Washington por ‘socavar el desarrollo económico y el bienestar del pueblo iraní’ con estas sanciones. Según él, los iraníes ‘harán todo lo posible por preservar su dignidad y sus intereses’, y advirtió que ‘las sanciones y las amenazas no pueden interferir en la voluntad del gran pueblo iraní de alcanzar sus nobles objetivos en la defensa de la soberanía nacional y la integridad territorial’. Baqaei concluyó alertando sobre cómo la Casa Blanca ‘ha puesto al mundo en una situación de amenazas sin precedentes’.
Este anuncio llega después de que la Administración Trump comunicara que se aplicarán ‘más de 115 sanciones’ a personas, entidades y buques implicados en una red que supuestamente genera decenas de miles de millones de dólares al transportar petróleo y productos derivados desde Irán y Rusia a compradores internacionales.