La Organización de las Naciones Unidas ha emitido una advertencia este jueves, señalando que los niños en Sudán “están atrapados en uno de los contextos más peligrosos del mundo”. Asimismo, ha hecho un llamamiento a las fuerzas armadas y a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) para que cesen los ataques contra la población civil en medio de una “guerra brutal” que comenzó en abril de 2023, sumiendo al país en una profunda crisis humanitaria.
Vanessa Frazier, representante especial de la Secretaría General de la ONU para Niños y Conflicto Armado, ha declarado que los niños sudaneses “necesitan seguridad, protección, comida y atención médica ya, no más tarde”, instando a que se respeten las normas del Derecho Humanitario y se permita un acceso humanitario seguro, rápido y sin restricciones para los necesitados, incluyendo a 15 millones de niños que requieren asistencia.
Desde la oficina de Frazier se ha resaltado que más de dos años y medio de conflicto en Sudán han desencadenado una de las crisis humanitarias “más devastadoras” en el mundo, denunciando los abusos continuos contra los derechos de los niños, destacando la ocupación violenta de la ciudad de El Fasher, capital de Darfur Norte, por las RSF después de un asedio de aproximadamente un año y medio, durante el cual se han reportado ejecuciones, violaciones y torturas.
La funcionaria ha solicitado a todos los actores del conflicto que “detengan los ataques deliberados contra niños, también a través de violencia sexual, secuestros, detenciones, ataques contra escuelas, hospitales y desplazamiento forzoso y masivo”. Los crímenes contra niños incluyen asesinatos y mutilaciones, predominando en las violaciones verificadas recientemente, seguidas de cerca por la violencia sexual y secuestros.
Frazier también ha informado que millones de niños en Sudán están en peligro de sufrir hambruna y severa inseguridad alimentaria, además de carecer de acceso a educación. La hambruna ha sido confirmada en El Fasher y Kadugli, y otras 20 localidades están en riesgo. Los niños enfrentan graves peligros al huir de la violencia por rutas inseguras, incluyendo casos de reclutamiento forzoso, acoso, violencia sexual y secuestro.
“Es urgente actuar para poner fin y evitar graves violaciones contra los niños. Todas las partes en conflicto deben interactuar con la ONU para adoptar medidas decisivas y para salvar vidas que protejan a los niños, también a través del desarrollo de planes de acción”, ha enfatizado Frazier, añadiendo que “los niños de Sudán merecen la oportunidad de crecer, aprender y florecer en paz”. “Sin una acción inmediata, las vidas y futuros de una generación están en grave riesgo”, concluyó.
Por su parte, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha indicado que más de 100.000 personas han huido de El Fasher desde el 26 de octubre, la mayoría hacia Tawila, mientras que el paradero de decenas de miles sigue siendo desconocido. Las condiciones en Tawila se deterioran rápidamente, complicando la respuesta a las necesidades de agua, higiene y refugio, lo que incrementa los riesgos de enfermedades.
“UN AUMENTO SIGNIFICATIVO DE LA FINANCIACIÓN”
Noah Taylor, jefe de operaciones del NRC en Sudán, tras su visita a Tawila, ha reportado que los campamentos de desplazados albergaban en mayo a 200.000 personas, pero ahora “ha explotado para convertirse en un mega-asentamiento de miles y miles de desplazados más”. “Las familias llegan cada día no solo exhaustas y hambrientas, también buscan a familiares de los que fueron separadas durante el caos”, ha comentado.
“Hablé con un hombre que caminó durante 18 días desde El Fasher con una muleta tras resultar herido. Historias como estas son frecuentes”, ha relatado Taylor, quien también ha expresado preocupación por el aumento de enfermedades. “A menos que haya un gran aumento de la llegada de ayuda, las condiciones se deteriorarán muy rápidamente”, ha advertido, enfatizando que “sin un acceso seguro y un aumento significativo de la financiación, los campamentos (de Tawila) no soportarán lo que está por venir”.











